El timbre para salir de la escuela ya había sonado. Haerin estaba guardando unos cuadernos y quería irse de allí lo más rápido posible, pero escuchó algo que la hizo querer quedarse ahí para siempre.
—¡Hola, Haerin! -La voz tan deseada para Haerin habló.
—Hola, Danielle, dime, ¿qué pasó?
—Es que quería cambiar el plan y, pues, saber cuándo lo podríamos hacer y cómo.
—¡Oh, claro! Lo podemos hacer cuando desees. Tú solo dime cómo quieres hacerlo y yo te ayudo —la contraria le sonrió.
—Muchas gracias, Haerin. Ten mi número para hablar del tema por ahí —Danielle se apresuró a romper un papelito y escribir su número para Haerin.
Ese día, Haerin fue la persona más feliz del mundo. No solo habló con Danielle, sino que también le dio su número. No podía creerlo.