Después de todo el desastre y la diversión de esa tarde, ya se había oscurecido, y Minji y Hyein se habían ido a sus casas, mientras que Haerin subió a su cuarto.
—¡Es verdad que le iba a escribir a Danielle! Se me olvidó —dijo Haerin, tomando rápidamente su teléfono para hacer lo que había dejado pendiente.
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