Solo amigos 👬

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Pasaron las semanas, y finalmente llegó el primer día del nuevo semestre en la preparatoria.

Akaashi iba a empezar su segundo año, y como siempre, llegaba tarde.

Esa mañana, Bokuto le había ofrecido un aventón al instituto, pero Akaashi lo rechazó con una excusa rápida, diciendo que no lo necesitaba.

En el fondo, sabía que no quería aceptar su ayuda, no después de todo lo que había pasado entre ellos.

Pero ahora, mientras corría apresurado por las calles, se maldecía a sí mismo.

Qué idiota, pensó, hubiera sido más fácil aceptar. A pesar de su negativa a depender de Bokuto, la verdad era que extrañaba esa compañía, esos momentos en los que ambos se sentían inseparables.

Aunque era doloroso, su orgullo le impedía ceder.

Llegó a la entrada de la preparatoria y respiró profundamente, sintiendo cómo el peso de sus propios pensamientos se mezclaba con el cansancio de la carrera.

Miró alrededor, tratando de ubicarse y encontrar su salón, pero todo parecía nuevo, diferente.

Una oleada de incertidumbre lo invadió. A pesar de conocer el edificio, ahora sentía que no pertenecía allí.

Los pasillos estaban llenos de estudiantes hablando, riendo, y reencontrándose, pero Akaashi no encontraba a nadie familiar.

—¿Dónde está mi clase...? —murmuró, frustrado, mientras miraba su horario una y otra vez, sin poder entender en qué dirección debía ir.

Después de unos minutos de buscar sin éxito, escuchó una voz inconfundible que lo llamaba desde el final del pasillo.

—¡Akaashi! —Era Bokuto, con una gran sonrisa y los ojos brillantes como siempre.

Parecía emocionado, como si este fuera uno de esos encuentros casuales en los que simplemente se encontraban y pasaban juntos el día.

Bokuto caminó hacia él rápidamente, con la misma energía de siempre.

Akaashi suspiró, tratando de mantenerse firme y evitar cualquier muestra de la confusión que sentía por dentro.

Cuando Bokuto se acercó, no pudo evitar notar la mezcla de familiaridad y distancia entre ellos.

—¿Estás perdido? —preguntó Bokuto, intentando sonar casual.

—No, solo... estoy buscando el salón de segundo año —respondió Akaashi, su tono más frío de lo que realmente pretendía.

Bokuto lo miró en silencio un momento y luego asintió. —Bueno, te acompaño. Ya sabes que conozco este lugar de memoria.

Antes de que Akaashi pudiera protestar, Bokuto comenzó a caminar a su lado, y él no tuvo más opción que seguirlo.

Caminaban en silencio, y Akaashi sentía que el peso de las palabras no dichas entre ellos era casi insoportable.

Quería decir algo, algo que rompiera esa tensión, pero no encontraba las palabras adecuadas.

Finalmente, mientras se acercaban al salón, Bokuto se detuvo y lo miró, su expresión seria por un momento.

—Sé que las cosas no están como antes, Akaashi, pero... me alegra verte aquí —dijo Bokuto en voz baja, como si esas palabras fueran más para sí mismo que para Akaashi.

Akaashi lo miró y sintió un nudo en la garganta. Una parte de él quería responder, decirle que también le dolía, que lo extrañaba, pero el orgullo y el resentimiento seguían presentes, impidiéndole mostrarse vulnerable. Así que simplemente asintió, sin decir nada.

Cuando llegaron al salón, Bokuto sonrió de nuevo, esta vez de manera más genuina, y le dio una palmada en el hombro antes de despedirse.

Akaashi observó cómo se alejaba, sintiendo que ese gesto, aunque pequeño, significaba mucho más de lo que ambos estaban dispuestos a admitir.

Despues de clases:

Akaashi se encontraba recogiendo sus cosas, aliviado de que por fin había terminado aquella jornada de clase tan monótona.

Mientras organizaba sus libros en su mochila, escuchó una voz conocida llamarlo.

—¡Akaashi!

Era Bokuto, esperándolo junto a la puerta del salón con una sonrisa, como si fuera el momento que había esperado todo el día.

Akaashi suspiró, algo incómodo pero sin poder evitar un pequeño gesto de amabilidad en su mirada.

—¿Quieres ir a comer algo? — preguntó Bokuto, su tono ligero y alegre a la
vez.

Después de un segundo de duda, Akaashi asintió.

—Claro, vamos.

Caminaron en silencio hasta un pequeño puesto de sopa cercano a la preparatoria.

Era una rienda a la que ambos hiban despues de estudiar para tomar un descanso.

Se sentaron frente a frente y pidieron su comida.

Al poco tiempo, la comida llegó, y por unos minutos ambos se dedicaron a comer en silencio, como si intentaran encontrar el momento adecuado para hablar.

Bokuto rompió el silencio primero.

—He pensado mucho en nosotros, Akaashi. Todo lo que pasó... no ha sido fácil —dijo en voz baja, jugueteando con su sopa mientras la movia con la cuchara sin mirarlo directamente.

Akaashi asintió, tomando un sorbo de su café antes de responder.

—Lo sé, Bokuto.

Dijo sin mucho interes.

Bokuto alzó la vista, con una mezcla de esperanza y nerviosismo.

—¿Crees que podríamos... empezar de nuevo? Quiero decir, me gustaría que volviéramos a ser lo que éramos.

Akaashi sintió su corazón acelerarse, pero respiró hondo, intentando mantener la calma.

Sabía que necesitaba ser honesto.

—Bokuto... —empezó, eligiendo sus palabras con cuidado— Lo he pensado también, y... no quiero que esto suene mal, pero en este momento, creo que lo mejor es que solo seamos amigos.

Y aquello sono tan irreal...

Porque el antiguo Akaashi nunca diria que solo queria amistad.

Hizo una pausa, viendo la reacción de Bokuto, cuya expresión pasó de la esperanza a una mezcla de decepción y comprensión.

—Entiendo... — dijo Bokuto, tratando de sonreír aunque se notaba que la noticia le dolía— No te preocupes, Akaashi. Si ser amigos es lo que necesitas ahora, entonces eso es lo que haremos.

Akaashi soltó un suspiro, aliviado de que Bokuto lo aceptara sin insistir.

— Gracias por entender.

—No hay problema. Me alegra que podamos empezar desde ahí.

Akaashi se levantó de la mesa, agradeció por la comida y simplemente dejó a Bokuto solo, sin decir absolutamente nada.

—Akaashi, ¿A donde vas? —Dijo con voz un poco decepcionada—

Akaashi solo lo ignoro y salio alejándose de Bokuto.

Mientras caminaba a casa, Akaashi se puso a pensar:

"¿Cómo es que llegamos a este punto? A este punto donde me da miedo quererte demasiado... ¿Solo éramos amigos? Pero... aquella mirada brillante de Bokuto parecía gritar algo más, que no simplemente éramos amigos, sino un amor reprimido."

¿Realmente me amas? (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora