t. de hospedaje

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DaIn estába a punto de arrancar el auto, al parecer había olvidado por lo que aceptamos todo ésto en primer lugar, y es que después de ver semejante mansión, admitiré que también había hecho lo mismo, de no ser por el reclamo de Alejandra hacía la castaña.

─¡No podemos irnos! ─comenzó, a la vez que apartaba a NaBi de encima suyo, sacándole un quejido. ─ , No nos han pagado.

El viaje había sido largo, como cansado y hasta frustrante para la mayoría de nosotros, en especial yo, quién no encontraba el momento exacto para volver a casa y dejarme caer en mi cama de agua para dormir hasta el día siguiente.

Aunque mis ganas de huir devuelta al apartamento eran mayores en ése momento, tuve que morder el interior de mi mejilla, recordando la recompensa jugosa que tendríamos después de tal pequeño ''favor'' a ése par.

─¡Oh, cierto! ─NaBi habló, mientras se recomponía en su asiento para luego abrir la puerta del auto, a lo cuál la seguí, a excepción de Alejandra, DaIn y YeRin.

Subimos los pequeños escalones de la entrada, yendo hacía JungWoo y JaeHyun, quiénes parecían charlar entre sí manteniendo sus rostros serios, notaron nuestra presencia, por lo cuál dejaron de hacerlo, JungWoo me observó, para luego desviar su mirada al auto. Enarcó una ceja.

─¿Las demás no vienen? ─cuestionó, volviendo a fijar su mirada en mi.

No lo había notado en todo ése tiempo, tal vez porqué me encontraba frustrada y incómoda dentro del auto, también al no notarlo bien cuándo nos encontramos en el centro comercial antes de llegar a ésto, había corrido mi mirada en incontables veces al encontrarse con la mía, debido a que tener la mirada d e otra persona fija en mi al hablarme me era algo incómodo de mantener, razón, por la cuál no había notado que JungWoo tenía un par de ojos hermosos....Únicos, si podía asegurar.

Eran grandes, como los de un cachorro. El solo pensamiento apareció como una chispa en mi cerebro, y ahora, teniéndolo frente mío, no podía evitar asemejarlos a los de un pequeño cachorro; brillantes, pero oscuros, eran color negro, aunque podía notar cierta presencia de tonos cafés en ellos si lo veías por mucho tiempo.

¿Porqué ves a sus ojos así, Lily?

─Claro que sí, de hecho, ¡Ya vienen! ─el exclamo de NaBi me hizo desviar mi mirada del chico, para ahora fijarla en ella cuándo dirigió su atención al auto, dónde DaIn enarcó una ceja al verla tratar de hacer una especie de cono con ambas palmas cerca de su boca para llamarlas.

No me di cuenta siquiera que JungWoo se encontraba pasando sin descaro alguno su mirada por todo mi cuerpo.

Las demás llegaron a nuestra par, entonces fué cuando JungWoo giró sobre su eje, para quedarse cara a cara con la puerta de madera enorme, pero lujosa.

Y verlo colocar una de sus palmas sobre una especie de tableta situada en la puerta la cuál brilló en un tono verde trás parecer escanearlo, no debió sorprenderme tanto.

Las puertas se abrieron al instante, revelando su contenido y pensé, mientras observaba con mis labios entre abiertos, que tal vez lograbamos sacarles más dinero del que nos prometieron.

Por dentro, era aún más impresionante de lo que parecía su exterior; en la sala de estar, un gran sofá de cuero color rojo de cuerpo completo era lo que nos dió la bienvenida, éste, se encontraba ubicado frente a una enorme televisión plasma la cuál colgaba de la pared cercana. A su par, una puerta de cristal cerrada, que por lo poco que lograba visualizar, llevaba al patio trasero de la mansión, dónde una piscina se veía a lo lejos, igual de enorme que al parecer todo en éste lugar.

trouble ─ jungwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora