t. hospedaje, pero al revés

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─¿Por qué cada vez son más?─escuché lloriquear a YeRin desde el sofá, pasando a cubrir su rostro con su antebrazo.

No. Puede. Ser.

Me había quedado igual de atónita que las demás. O tal vez, peor. Ésto realmente tenía que ser una puta broma, o un mal chiste. Es decir, luego de deshacernos de ellos de una buena vez ¡ahora ellos aparecen en nuestro apartamento! ¿lo mejor? ahora parecen ser cada vez más.

Observé a NaBi colocarse de pie de el sofá finalmente, mantenía una expresión seria en su rostro, su ceño fruncido, dejaba en claro no estába de acuerdo con ésto. Se colocó a la par de una sonriente Alejandra.

─¿Ahora qué? ─inquirió NaBi.

Desde nuestro lugar podía verlos perfectamente: TaeYong, el mismo idiota de hace unas horas atrás, de pie a una par de la entrada, con otro chico desconocido de cabello castaño y tez morena trás suyo. Detrás de ellos; JungWoo, quién mantenía un brazo rodeando los hombros de JaeHyun, el último con su mirada gacha en el suelo.

Éso llamó mi atención, mordí mi lengua.

Escuché a TaeYong suspirar después de unos segundos.

─Necesitamos donde quedarnos y...

Sí, definitivamente era alguna especie de mal broma. Mi cabeza volvió a repetir la última y primera conversación que había tenido con el pelirrojo en la cocina, donde él me insinuó que solo buscaba acostarme con su amigo, JungWoo. Y por último, como siendo la gota que rebalsó el vaso, el idiota de JungWoo aceptándolo. En mi vida me había sentido tan humillada y herida, si era honesta.

─No.─se apresuró en acortarlo NaBi.

TaeYong largó una risa suave, para luego morder su labio inferior.

─Bueno, tampoco es que me entusiasme mucho que digamos, pero tu amiga ya se ofreció a hospedarnos. ─comentó yendo a señalar con un movimiento de cabeza a Alejandra, ella sonriendo de manera inocente cuando NaBi la encaró.

─Por favor, no podemos dejarlos tirados. ─imploró Alejandra a lo que NaBi enarcó una ceja.

Desvié mi mirada, yendo a fijarla ahora en DaIn, ella se encontraba rodeada de montones de telas de colores que había sacado de no sé dónde, al parecer ésto era lo de menos para ella en éste momento. Me coloqué de pie, dando zancadas largas para situarme a la par de NaBi.

Con solo ver nuevamente el rostro de el idiota colorín después de todo lo sucedido, las ganas de propinarle una patada en los huevos fueron intensas. Pero no, no lo haría.

Por ahora.

─¿Tú sabías que vendrían?─cuestioné a Alejandra mientras me cruzaba de brazos.

No respondió, estaba claro que sí.

─¿Qué hacen aquí? ─inquerí, ahora girando mi mentón para encarar a cada uno.

─Es una larga historia, primero déjennos pasar. ─habló TaeYong, con ésa expresión en su rostro que ansiaba eliminar con un puñetazo.

Alejandra, aún sonriente abrió la puerta de el apartamento en su totalidad, dejándolos ingresar al único lugar que creí sería mi lugar seguro de ésos idiotas. Las ganas de ahorcarlos a cada uno siendo cada vez más fuertes en mi ser. Observé a cada uno ingresar a el interior, hasta que se trato de aquél castaño moreno que captó mi atención desde un principio, lo detuve colocando la palma de mi mano en su pecho, el hombre bajó su mentón para observarme de manera sería, causándome un escalofrío por toda mi espina dorsal, rompí la lucha de miradas entre ambos, para observar a TaeYong.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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trouble ─ jungwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora