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     ❝¿𝐄𝐋 𝐅𝐈𝐍 𝐉𝐔𝐒𝐓𝐈𝐅𝐈𝐂𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐃𝐈𝐎𝐒?❞

                            

                                      [🥀]

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En una habitación tenue, bañada por la luz mortecina de una luna que apenas se asoma entre nubes, se encuentran ellos: Klaus y Nyx

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En una habitación tenue, bañada por la luz mortecina de una luna que apenas se asoma entre nubes, se encuentran ellos: Klaus y Nyx. La atmósfera se sacude suavemente, cargada del eco de siglos, de historias no contadas y de noches eternas. El aire está impregnado con el susurro de viejos secretos, mientras el olor a libros envejecidos se mezcla con el frío de la piedra que cubre las paredes.

El vampiro, cuyas manos, eternamente pálidas, acarician las páginas con una reverencia que solo los siglos pueden conferir, observa a Nyx, cuyos ojos brillan como dos destellos de estrellas lejanas. La niña, a su lado, sostiene con delicadeza un ejemplar del Príncipe de Maquiavelo. Su mirada se pierde entre las palabras, entre las enseñanzas del viejo pensador, mientras su mente juvenil intenta desentrañar las paradojas de poder y moralidad que emanan de cada frase.

En el silencio de la noche, el suave crujir de las hojas se mezcla con el arrullo de la lectura compartida. Las palabras de Maquiavelo flotan en el aire como un hechizo de poder y desdén, iluminando las sombras que se estiran en las esquinas de la estancia. Klaus, con una sonrisa a medias, observa cómo Nyx, se adentra en los oscuros recovecos del poder, de la astucia, de la necesidad de lo implacable.

El fin justifica los medios—, susurra el vampiro, como quien no solo conoce la lección, sino que ha vivido en carne propia sus implicaciones. 

Nyx lo mira, algo inquieta, pero su curiosidad es más fuerte que el temor. Ambos, en su silencio compartido, leen el tratado como quien lee las estrellas: reconociendo los viejos arquetipos, las reglas invisibles que los sostienen, pero también preguntándose si, quizás, hay algo más en las sombras que aún no han descubierto.

El vampiro sabe que ella algún día entenderá lo que él ha aprendido en su larga existencia: que el poder no es solo una cuestión de sangre, sino también de estrategias y decisiones impías, de manipular el tiempo y el espacio, de encontrar la eternidad a través de las grietas del poder humano. Y en esa eterna espera, en la quietud de la noche, "padre e hija" siguen leyendo, sabiendo que las respuestas vendrán cuando menos lo esperen.

𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐀 [Elijah Mikaelson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora