II

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Al saber que sus dos amigas eran producto de su imaginación, comenzó a alejarse con el miedo de hacer otra amiga imaginaria. Se volvió más solitaria que antes, si es que eso era posible. En clases dejó de hablar con Yeji ante la vergüenza de ser juzgada, pero eso no hizo que Yeji dejara de hablarle. Desde su lado nada había cambiado y eso le gustaba a Lia. Se la pasaba la clase observándola dibujar, la escuchaba hablar sobre lo bien que se vestía la profesora de lenguaje y lo mal que lo hacía el profesor de matemáticas. No lo hacía con maldad, Yeji no era ese tipo de persona. Era agradable escucharla, siempre lo ha sido. Ignorando la realidad para concentrarse al arte.

Por el lado de Yuna, comenzó a divertirse por el salón. La idea de que solo Lia la pudiera ver le pareció gustar. Se burlaba de los compañeros y se ponía a bailar por el lugar, demostrándole a Lia lo fantástico que era tener amigas imaginarias como ella.

Sin embargo, fue la creación de Ryujin que la hizo dudar de eso.

En cuando terminó el colegio, Lia fue a visitar a su madre luego de mucho tiempo. Apenas tenía recuerdo de ella y su nuevo doctor le recomendó hacerlo. El cariño de una madre podría ser el apoyo necesario para mejorar, su presencia en su vida podría hacerla sentir protegida y cuidada. Pero había sido muy tarde. Cuando llegó a la dirección que se consiguió a escondida de su padre, una persona que no conocía le abrió la puerta.

—Oh...—soltó la chica que le abrió la puerta—. Mi madre ya no se encuentra, murió hace unos siete años.

—¿Puedo saber donde se encuentra enterrada?—preguntó con amabilidad, escuchando de fondo como Yuna lloraba ante la noticia.

La chica, quien era su media hermana, le dio la dirección del cementerio y sin siquiera decir quién era, Lia fue a visitar su madre. Sabía muy poco de ella. Su padre no solía hablar de ella y cuando le preguntaba este siempre le decía lo mismo "Está internada". En un principio ni siquiera sabia lo que eso significaba, pero a medida que fue creciendo se dio cuenta de que eso significaba que era la creación de sus amigas imaginarias quien la mantenía unida a su madre. Compartían esa inestabilidad mental y era gracia a esa genética que tenía esas fantásticas amigas que le salvaron la vida de la depresión y le estaba arruinando la vida.

Se sentó al frente de su tumba y se quedó mirándolo. Yeji se dedicó a arreglar las flores, mientras que Yuna lloraba descontroladamente. Lia se quedó quieta, pensando que otras cosas podría tener en común con su madre y, ¿Ahora quién la podría proteger y cuidar?

—Se está haciendo de noche—Lia soltó las flores al mirar a Ryujin—. Vámonos a casa antes que se vuelva peligroso.

Era el leve parecido a su media hermana que le dijo que Ryujin era una amiga imaginaria más. Fue aquella calidez protectora quien le hizo ignorar lo malo que era crear a alguien más. Le agarró la mano a Ryujin y la siguió en silencio, entregándole el poder de protegerla como quisiera.

—Luego está Ryujin—le comenzó a explicar a un nuevo doctor—. Es como un guarda espalda, siempre con su traje formal. Cuando la conocí mi primer pensamiento fue que se parecía un príncipe azul. Tenía la imagen de serlo.

—¿Pero?—le preguntó el doctor, deseando saber qué tenía que ver Ryujin con la solicitud municipal de ser tratada de cerca y la nariz rota que tenía Lia.

—Pero es muy sobre protectora—murmulló, deseando que sus amigas no la escucharan.

—Esa chica se lo merecía—le respondió Ryujin que se encontraba apoyada en la pared con una sonrisa burlona—. Viste como te miró cuando llegaste al salón, como si llevaras un vestido asqueroso.

—Esa chica no debería estudiar diseño, el vestido valió cada peso—dijo Yeji, no muy metida a la situación.

—Pero no era necesario llegar a este punto—Lia se apuntó la nariz.

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Imaginary Friend [ITZY]Where stories live. Discover now