México entró a la sala de conferencias de la ONU con la energía que lo caracterizaba, su sonrisa amplia y su andar despreocupado llamaban la atención. Vestía de forma casual, en un estilo que contrastaba con la formalidad de otros asistentes, pero que de alguna forma le sentaba a la perfección. Con su espíritu alegre, se fue abriendo paso entre conocidos, repartiendo saludos y bromas. Los delegados de varios países lo saludaban con sonrisas, ya acostumbrados a su manera encantadora de ser.
Entre la multitud, México notó a alguien diferente, un joven de mirada fría, casi escondido en una esquina de la sala. Su postura era tensa, sus manos cruzadas sobre el pecho y su rostro serio, cubierto parcialmente por un mechón de cabello oscuro que ocultaba su ojo derecho. México supo de inmediato que se trataba de Colombia, un país conocido por su carácter reservado y su habilidad para evitar vínculos cercanos con los demás.
Intrigado, México se acercó a la mesa de café que había al lado de donde Colombia estaba parado. Tomó una taza y vertió un poco del oscuro y fragante líquido. Al primer sorbo, su expresión cambió; el sabor era fuerte, profundo, como si cada gota contuviera secretos ocultos. Giró la mirada hacia Colombia, quien observaba todo en silencio, con una leve desconfianza.
"¿Este café es tuyo, verdad?" preguntó México, rompiendo el silencio.
Colombia lo miró de reojo, claramente incómodo ante la atención, y asintió sin decir palabra. Sin embargo, en el fondo de sus ojos oscuros había una chispa de curiosidad, una reacción casi imperceptible que no pasó desapercibida para México.
"Es... increíble. Siento como si no hubiera probado café de verdad hasta ahora," continuó México, disfrutando de cada sorbo. Sonrió ampliamente y le extendió la mano a Colombia. "Me llamo México, y creo que acabo de hacer un descubrimiento importante sobre el café."
Colombia observó su mano un momento antes de estrechársela con firmeza. "Colombia," respondió simplemente, sin adornar su presentación, como si cada palabra costara más esfuerzo de lo habitual. México sintió que había algo en él que iba más allá de la aparente frialdad, algo que despertaba su interés.
Un instante de silencio pasó entre ellos. México estaba acostumbrado a conversaciones fáciles y sonrisas sin esfuerzo, pero esa interacción con Colombia, llena de silencios y miradas cautelosas, era un desafío que lo intrigaba. Le lanzó una última sonrisa antes de dar un último sorbo al café.
"Espero que volvamos a encontrarnos. Hay algo en este café que me hace querer entenderlo mejor," dijo México con una sonrisa, a lo que Colombia solo respondió con una leve inclinación de cabeza.
Al alejarse, México no pudo evitar voltear una última vez, sorprendido al ver que Colombia lo observaba en silencio, como si intentara descifrarlo desde la distancia.
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el cafe que nos unio [mexco] colombia x mexico
Fanfictioncolombia un joven de 23 años alguien esquivo,frio y desconfiado oculta su ojo derecho con su pelo , cuida de su hermano menor republica imperial del gran brasil ambos se quieren mucho, colombia esta peleado con sus 4 hermanos venezuela,ecuador, bras...