CAP. 15

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Me reí, pero las expresiones de Milk no habían cambiado. Todavía tenía esa mirada intensa en sus ojos color marrón. —¿Yo? ¿Casarme contigo?

Sus cejas se arquearon hacia arriba. —¿Por qué no?

—¿Qué tipo de hierba has estado fumando hoy?

Ignorando mi pregunta, volvió a sumergir la cuchara en la lasaña y dió otro bocado. —Quiero casarme contigo, Love. Solo piénsalo. No deberías preocuparte por las facturas o por mantener un trabajo.

Me reí de nuevo. Porque fue muy divertido. —¿Y qué hay de la policía, Milk? ¿Tampoco tengo que preocuparme por eso? ¿Debemos vivir nuestra vida cuidando nuestras espaldas? ¿Qué les dirías a nuestros futuros hijos? ¿Que su madre es una asesina psicótica?

—Yo estoy hablando de matrimonio y tú estás hablando de futuros hijos. — Ella se rió. —Lo tienes todo planeado para el futuro.

Me froté las sientes con frustración, observándola tragarse la mitad de la lasaña. —Tienes que dejarme ir, Miw. La policía empezará a buscarme y tú tendrás más problemas de los que crees.

Dejó de comer como una mujer de las cavernas y limpio su boca con una toalla, dirigiendo toda su atención hacia mí. —Has estado desaparecida durante las últimas cuarenta y ocho horas. ¿Crees que la policía y las autoridades están sentados en los estantes de patos? Obviamente, han derribado todos los demás lugares donde creen que pueden encontrarte. — Dijo, bebiendo una botella entera de agua fría. —En cuanto a ti, puedes intentar suplicarme y arrastrarte a mis pies. Mi decisión no cambiará. Te quedarás aquí conmigo. Eso es definitivo.

Me acerqué más y tomé sus manos entre las mías. —Si me mantienes aquí, será un doble crímen. En cambio, podemos ir a la policía juntas, puedes confesar tus delitos y me aseguraré de que no vayas a la cárcel. Seré tu coartada. Ni siquiera mencionaré el secuestro. Lo máximo que obtendrás son algunos años en el hospital mental.

Milk se echó a reír, el tipo de risa que era francamente burlona como si hubiera recitado la mejor broma del libro de bromas. —Love, ¿sabes quién soy?

Tragué. —Sé lo que me han dicho, el hecho de que debería tener cuidado contigo, de que no eres alguien en quien confiar.

Ella sonrió de la misma manera diabólica. —Bueno, ya que no sabes quién soy realmente, creo que me gustaría seguir siendo tu mujer misteriosa.

Eso me hizo sentir muy curiosa y deseaba haber escuchado a Prim y haberla buscado en Google.

Había sido demasiado cerrada para ver a Milk como algo más que una paciente asignada y ahora me estaba arrepintiendo. —Lo descubriré de una manera u otra. — Le prometí.

Ella se rió. —Espero que lo hagas, pero también debo agregar que lo que leas en línea casi nunca es verdad.

—Dame el control remoto del televisor. — Levanté mi mano hacia ella, con la palma hacia arriba.

Todo el humor había dejado la cara de Milk, me miró inexpresiva.

Por el rabillo del ojo, ví el control remoto de la televisión tendido en el sofá, me lancé hacia el.

Milk llegó demasiado tarde, el control remoto ya estaba en mi mano.

Se quedó a un lado mirándome fijamente. —Love, por favor.

Antes de que pudiera decir algo más, encendí la enorme televisión y continué cambiando los canales hasta que tuve el correcto.

La policía aún tiene que descubrir quién cometió el asesinato, pero sospechan que la multimillonaria y asesina psicótica Milk Vosbein está involucrada.

Mental Asylum; Milklove Donde viven las historias. Descúbrelo ahora