Eita Otoya es un completo mujeriego pero un día su "amiguito" ya no se para en el momento íntimo con una de sus conquistas.
¿Que pasara cuando le pida ayuda con su problema a su mejor amigo Karasu Tabito?.
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•Pareja principal:
Karasu [Top...
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El cielo estaba nublado; tal vez más tarde podría llover. Otoya no le preocupa no tener un paraguas, pues sabe que puede quedarse a dormir en el departamento de Karasu y la idea no le molesta. Disfruta mucho de las “pijamadas” que ambos hacen, le gusta bromear con su amigo hasta la madrugada, al tiempo que juegan videojuegos, ven películas o simplemente charlan. La forma en la que el pelinegro lo escucha hablar sin parar y la loca manera de hacerse malos chistes o bromas son lo que más disfruta de su amistad. Agradece tener como amigo a Karasu; él es alguien que siempre estuvo a su lado en todo tipo de momentos, buenos o malos. Como la muerte de sus padres, en esa ocasión el azabache no se separó ni un segundo de él, lo consoló y limpió sus lágrimas mientras palabras de apoyo reconfortaban su corazón. Aprecia demasiado a Karasu Tabito, de eso no hay duda.
El recorrido desde su casa al edificio donde vive su mejor amigo no fue largo y estuvo acompañado por la música de los audífonos de Otoya. Una vez en su destino, el albino pausa la canción que se reproducía y, después de guardar sus AirPods, toca la puerta. No tarda mucho para que esta sea abierta; es Hiori quien lo recibe. El peliazul tiene una mochila en su espalda y en su boca lleva una pequeña paleta/bombón.
—Hola, ¡tiempo sin verte, Hiori!.—saluda con una sonrisa. El chico saca el dulce de su boca y también sonríe.
—Hola.—responde.—¿Vienes por Karasu, verdad?.—El otro asiente.
—Sí, tenemos algunos planes para la tarde.
—En ese caso... ¡Karasu, te buscan!.—grita el de cabello cian, sabe que su compañero de departamento sabrá al instante de quién se trataba e irá corriendo a la puerta.
Otoya ríe ante las acciones ajenas, pero sus ojos, de un momento a otro, se fijan en el chico menor. Sabe que Hiori es bisexual y eso no le molesta, pero una pequeña idea le llega a la mente: ¿habría posibilidades de que entre él y Karasu haya algo? Se lo pregunta por la nula vida amorosa de su mejor amigo. Karasu nunca le había hablado de alguna pareja, ni mucho menos de algún tipo de encuentro s3xual, y como todo ser humano promedio, sabe que el azabache tiene “necesidades”, al igual que él. El peliblanco une puntos, por decirlo así, y rápidamente su mente deduce algo: dos chicos compartiendo departamento y ninguno de los dos tiene pareja; miles de cosas pueden surgir de eso.
Oh, esa idea no le gustó nada a Otoya. ¿Por qué? Ni él mismo lo supo.
—Si quieres, puedes pasar.—la voz del peliazul saca de sus pensamientos al albino.
—Gracias.
Eita entra y Otoya cierra la puerta detrás de él. Otoya conoce muy bien el lugar, por ello sus ojos se fijan en la pared de la sala. Justo al lado de la enorme televisión, allí se encuentran absolutamente todas las fotos donde los protagonistas son él y Karasu. En la mayoría de ellas, ambos posan con sus manos formando una "V" y sonríen. Aquel pequeño espacio de recuerdos en el hogar ajeno hace sentir a Otoya especial siempre que lo ve.