|09|𝐔𝐧 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫𝐢𝐞𝐠𝐨 𝐜𝐨𝐧...¿𝐏𝐞𝐧𝐚?.

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Salir corriendo del departamento de Karusu en plena lluvia sin duda fue un error

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Salir corriendo del departamento de Karusu en plena lluvia sin duda fue un error. ¿Pero qué más podía hacer? No quería enfrentar la realidad y solo salió corriendo, no miró atrás e hizo caso omiso al “espera” del azabache.

Su cuerpo duele, la congestión nasal es un fastidio y ni hablar de lo aburrida que es la clase del maestro Chris. Está resfriado a morir y sí... ¿Le pide un consejo a Karusu para la enfermedad? Lo niega y además se pregunta por qué su mente ahora mismo no puede sacarse el nombre del pelinegro, y es que desde la anterior noche no ha podido dejar de pensar en él, incluso durmió poco por ello.

Suspira y por milésima vez a sus labios vuelve esa sensación completamente nueva que experimentó cuando Tabito lo besó. Por primera vez la analiza más a fondo; sintió calidez inexplicable, ansias por saber lo que vendría después y, por último, lo más difícil de negar: sintió deseo, deseo de que los labios de Karasu nunca se detuvieran, y así fue, el azabache probó cada rincón de su piel con ellos.

Otoya se deja caer sobre la mesa de su escritorio, nunca se sintió tan confundido y es que no es para menos. De un momento a otro terminó follando con el chico que es su mejor amigo sin ninguna razón, porque en ningún momento Karasu dijo la razón de por qué cogieron y tampoco respondió cuando le preguntó, así que era un misterio, uno que quería descubrir y lo haría, ¿verdad? Él siempre se ha caracterizado por ser alguien que consigue lo que quiere.

💚

En todo el día no ha visto a Otoya y eso le preocupa. ¿Acaso estará ignorándolo? O simplemente es mera coincidencia, no lo sabe, pero igualmente no deja de preocuparle.

La anterior tarde fue única, por fin luego de años logró probar los labios que tanto deseaba y no solo eso, tuvo el placer de tener entre sus brazos y ante su merced al chico que ama. Pero como dicen muchos, “todo tiene su lado malo”; ahora la incertidumbre de lo que la mente de Otoya está pensando lo atormenta de una manera agobiante y es que dejar de escuchar su voz sería una pesadilla en vida.

—¡Atención!.—exigió el maestro dando un golpe en su escritorio.

Karasu suspiró y dejó sus pensamientos a un lado, por ahora debe concentrarse en sus clases porque después de todo lo que dijo Hiori es verdad, sus calificaciones han bajado.

—Bien, esta semana ha sido un poco suave con ustedes y solo han tenido una actividad.—El profesor Ego salió de su mesa y comenzó a recorrer el salón; todos lo observaban expectantes.—Por ello he decidido que este fin de semana lo pasen analizando un expediente hipotético.—Ni siquiera el de corte hongo había terminado de hablar cuando el lugar se llenó de abucheos.

El único que agradeció el repentino trabajo del maestro fue Karasu, pues al menos tenía algo con lo que distraerse y dejar de lado su miedo.

—¡Silencio!.—volvió a gritar, ahora estaba enfrente de la pizarra; todos se quedaron callados.—Será un trabajo en parejas.—Todos celebraron cual adolescentes de secundaria.—¡Que yo elegiré!.—La felicidad acabó.

Nuevas sensaciones ||Karasu x Otoya||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora