--¿Qué obtengo a cambio de permitir que me beses, Romano?-pregunté con altivez, enderezando mi seno frente a su perfil.Tragó en seco, suspiró un poco excitado y contestó con firmeza.
--Pídeme lo que quieras.
--Quiero que le prohíbas a tus hombres violentar a mis amigas, golpear a mis amigos y por sobre todo, quiero que me jures por tus dioses, que protegerás a mi hermano de la muerte en el coliseo.
--Rhiannon, ellos actúan bajo sus propios instintos...no me harán caso.
--Marcus por favor, haré lo que sea, lo que tú quieras.-supliqué, tomándole las manos en un intento desesperado y me fijé en sus labios, carnosos y siempre en ese mohín angustioso.-Puedes besarme.
Y con un gesto sereno, se acercó a mi boca, sentí su aliento sobre mi paladar, fresco, con sabor a tierras desconocidas, un contacto suave, dulce, que me inmovilizó, yo estaba de rodillas y él sentado en una banca de madera. Al soltarme de ese beso, abrí los ojos y vi la tienda, provista de comodidades, fuego, vino, mantas, asientos, la noche casi se acababa y yo debía ser más astuta.
Había olvidado que él mandó a quemar mi casa, que sus hombres mientras asaban un ciervo afuera, buscaban con la mirada a quién maltratar, asesinar o violentar mujeres y no quería que eso ocurriera. Tenía algo que ofrecer. Me desnudé lentamente, sus ojos se ampliaron y abrió las piernas, vi su erección crecer, puse mis manos sobre mis pechos y los moví en forma circular diciendo.
--Yo jamás he estado con un hombre, Capitán, pero...puedo entregarle el honor de que sea mi primer hombre, a cambio de mi solicitud.
--Trato hecho.-y se soltó el cinto, cayó su faldón dejando su miembro duro ante mis pupilas, quedó anonadada.-ven.-y tomó mi barbilla, para aproximarme a ella, yo sabía que me la tenía que meter a la boca.
Y eso hice, con temor y sin perder el contacto visual, pasé mi lengua por su masculinidad, viril, caliente y jalaba mi cabello con firmeza, no sabía bien lo que hacía, pero noté que le gustó, que a pesar de no saber qué hacer, estaba resultando.
--Por todos los dioses, que bien lo haces...¿Segura que no sabías de esto?
--Segura.-respondí.-¿Cumplirás tu palabra?
--Espera un poco, mujer...
En eso, me alejó, se cubrió abajo y recogió las cortinas de la tienda, para que pudieran acercarse sus hombres.
--Escuchen, no dañarán a ninguna mujer, hasta que lleguemos al coliseo, sólo marcarán a los hombres y sólo los golpearán si la situación lo amerita.
--Sí Capitán.
--Cuiden la noche, asegúrense que nadie tenga sed.
--Sí mi Capitán.
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Ars Amandi/Marcus Acacius (Gladiator Il)
FanfictionMarcus Acacius guarda un secreto de amor, hacia Rhiannon una mujer que solo intenta sobrevivir a pesar de ser de origen Celta y traída a la ciudad imperial como esclava.