A

8 1 0
                                    

A veces me entristece que no esté aquí.

Y tengo que acordarme de que algunos pájaros no pueden ser enjaulados... sus plumas son demasiado hermosas.

Y cuando se van volando, se alegra esa parte de ti que siempre supo que era un pecado enjaularlos.

Aún así, el lugar en el que tú sigues viviendo resulta más gris y vacío cuando ya no están.

Supongo que sencillamente echo de menos a cierta persona, porque la marca o el hueco que ha dejado no lo va a poder llenar nadie nunca, y saber eso me da miedo pero a la vez me gusta.

Puede que yo sea el primer condenado a cadena perpetua que sea feliz siéndolo. 


Vasos por la mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora