Bloqueo emocional

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Hay momentos en los que el alma simplemente se detiene. No porque quiera, sino porque no sabe avanzar. Es como estar frente a una puerta que sabes que puedes abrir, pero algo dentro de ti te obliga a quedarte quieto. Es el bloqueo emocional. No siempre lo entiendes; a veces llega sin aviso, otras lo arrastras desde hace años. 

Te preguntas por qué no puedes sentir con la misma intensidad que antes, por qué todo parece un eco lejano. Te llenas de excusas, te dices que estás bien, pero hay un peso que no te suelta, un vacío que te acompaña. 

Y duele, no porque no sientas, sino porque dentro de ti hay un torbellino al que no le permites salir. Has aprendido a contenerlo, a no incomodar, a esconder lo que realmente llevas dentro. Pero llega un punto en el que el silencio se vuelve ensordecedor. 


Lo que pocos dicen es que está bien sentirse así. Está bien no tener respuestas inmediatas. Está bien aceptar que estás bloqueado, porque eso también es parte del proceso. Reconocerlo es el primer paso para liberar todo lo que llevas guardado. 

El bloqueo emocional no es el final, aunque a veces lo parezca. Es un recordatorio de que necesitas volver a ti mismo, con paciencia, con compasión. Porque, aunque hoy sientas que no puedes avanzar, dentro de ti hay una fuerza que tarde o temprano encontrará el camino para seguir. 

F.B

𝕍𝕠𝕔𝕖𝕤 𝕀𝕟𝕧𝕚𝕤𝕚𝕓𝕝𝕖𝕤 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora