Te agradezco, mi amor,
por este glorioso viaje.
Reír contigo
fue encontrar el paraíso en la tierra.
Una sinfonía de felicidad incomparable.
Eras mi hogar,
mi lugar seguro,
donde ya no tenía que vagar, ni fingir.
Pero como todas las cosas preciosas,
este amor tampoco podía durar.
Cómo me gustaba engañarme,
pensé que la gracia divina podría salvarnos
pero siempre tuvimos fecha de caducidad.
El sol debe ponerse,
las flores se empezaron a marchitar.
El moho ya había crecido en mi corazón,
la podredumbre cegaba nuestra razón.
Mi corazón aún te anhela,
aún late por ti,
pero ya no lucha,
de repente recupera el juicio
aunque te hayas desvanecido.
Viví mis sueños,
me sentí tan viva.
Pero el fuego se apagó,
el cielo se volvió gris.
Aún con estas manos temblorosas,
te dejo ir,
mi gran y único amor.
Aún en el silencio escucho tu voz.
Un eco fantasmal que acaricia los recovecos de mi alma.
Me dice que no me lamente,
porque no me has abandonado,
que estás entrelazado en mi propio ser.
Este amor vive,
lo abrazo fuerte.
Entiendo,
acepto,
te suelto.
Te libero del tormento de tener que quererme.
Porque mi amor por ti es así.
Espero que seas feliz.

ESTÁS LEYENDO
Echoes of you in empty rooms
PoetryUna coleccion de versos sin sentido que emergen de un momento de oscuridad, donde era un alma perdida quien los escribía. El único testimonio de que alguien alguna vez la amó, por breve que fuera, y de que claro, ella también amó.