VI| Noche de confidencias

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Eres mi refugio




『Quantico, Virginia
Actualidad』

        —¡Spencer! —escucho el grito proveniente de la habitación.

Eran las 10 de la noche y estaba terminando de alistarse para dormir, pese a que esas últimas semanas no habían sido ajetreadas, lo cierto es que terminaba agotado. —¿Necesitas algo? —interrogó con un semblante cansado y acariciando su cuello; dormir en el sofá le estaba pasando factura.

—No, ya me voy a dormir, solo quería saber si tu también lo harás.

—Sí, estaba terminando de alistar...

—Acuéstate conmigo —ante tal declaración el hombre se sonrojó y la chica rio. —A dormir, Spence, llevas tres semanas en el sillón, y puedo notar que estás adolorido del cuello. Necesitas descansar —dijo cuando vio que él negaba —no tardas en volver a la UAC, necesitas estar al cien para rendir.

—No es necesario.

—Sí lo es.

—No quiero lastimarte.

—Por favor, Spencer, somos las personas más tranquilas para dormir, no me lastimaras, lo hemos hecho antes.

—Cuando teníamos 13 —debatió.

—Por mi —pidió con una sonrisa y esa mirada que lo desarmaba; la misma que hacia cuando pedía un muffin a los 11.

—Me estás chantajeando, eso es injusto.

—No estoy haciendo nada.

—Me estás mirando así.

—Por favor.

—Te detesto, a esto le llamo chantaje.

—Y yo negociación y esta vez los dos estamos ganando —concluyó cuando lo vio a punto de debatir. —Anda, ve por tu libro —dijo con una sonrisa, ella sabía que ese hombre no dormía en paz sino leía algunas páginas de cualquier libro que le interesara en ese momento. —Pido el lado izquierdo —declaro sentada en la cama cuando lo vio regresar.

—Eso es obvio, no es como si te fuera a mover de tu lugar cuando aún estás lastimada —se sentó en la orilla mientras se quitaba las pantuflas y abría el edredón. —Y de cualquier modo siempre haz elegido ese lado desde la primera vez que dormimos juntos —susurro mientras terminaba de meterse a la cama y tomaba su libro tras ver que la chica también se había terminado de acomodar en la cama.

El silencio se extendió entre ellos de una manera cómoda, habían pasado tres semanas desde que la habían dado de alta en el hospital, 21 días desde que Spencer se había convertido en su cuidador personal, y menos de un mes desde su confesión, tal y como lo habían prometido iban lento, realmente nada había cambiado entre ellos, en aquel momento solo les interesaba que ella se recuperara, ya después se preocuparian por cosas como las citas o ¿por qué más había que preocuparse? Realmente no había mucho que fuera a cambiar, hablaban de todo, él contacto físico tampoco parecía ser un problema para ninguno de los dos, ¿qué podía cambiar? Oh, los besos ¿se besarian? La mujer se sonrojó ante el pensamiento, besar a Spencer había sido una fantasía impensable de cumplir, y justo ahora se daba cuenta que tan cerca estaba de hacerlo ¿si se lo pidiera ahora como reaccionaria? ¿Seria...

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⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

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El caso que lo cambio todo | Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora