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Nos fuimos todos arriba a nuestro cuarto. Agarramos nuestra ropa de los cajones, y nos fuimos al baño. Para poder bañarnos, tuvimos que hacer fila, uno por uno, desde el más pequeño, hasta el mayor. Debido al apuro, nadie se demoró, y ya cuando la abuelita subió, todos estábamos listos.

Estábamos esperando a la abuelita en su cuarto. Algunos estaban en su cama, y otros estábamos en los colchones que sacamos del ropero. Todos estábamos arropados de pies a hombros, porque esa noche nos estaba empezando a dar escalofríos, y no por el frío, sentíamos que era algo más, pero la intriga seguía en nuestra mente.

Vimos a la abuelita subir. Venía con un rosario entre sus manos, y con la biblia entre el sobaco. La veíamos asustada, y eso nos asustaba más a nosotros.

Se sacó sus ropas, y se puso su camisón, para acostarse junto a nosotros.

Una vez más todos la miramos y le preguntamos, qué era lo que estaba pasando.

Esta vez si nos respondió, y nos dijo:

"Esta noche, nadie, pero absolutamente nadie se atreve a salir, ni siquiera a mirar por su ventana. Esta es la noche dónde se manifiesta la presencia de aquella. "- Dijo con terror.

Aquella.Where stories live. Discover now