𝗠.𝗛 ── :: Porqué sin importar lo que hiciera, que tan bien o que tan mal lo hiciera, JuanSNutria siempre iba a criticar, de una forma u otra, lo que sea que Ñopg haga
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JuanSNutria y Ñopg no se llevaban bien...
:: Porqué sin importar lo que hiciera, que tan bien o que tan mal lo hiciera, JuanSNutria siempre iba a criticar, de una forma u otra, lo que sea que Ñopg haga ::
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:: JuanSNutria y Ñopg no se llevaban bien, eso era algo que todos sabían, sus constantes burlas, peleas, discusiones, gritos, insultos, y muchas cosas más, lo demostraban perfectamente. Pero una cosa que la pequeña nutria tenía para fastidiar al unicornio, era siempre criticarlo en lo que se que hiciera, si lo hace bien o mal. No importaba. Sea lo que sea, Juan siempre iba a criticarlo ::
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-Oye Ñonga, ¿qué chingados estás haciendo?- Por encima de la mesa de roble, notó unas pequeñas orejas de nutria, las cuáles se elevaron cuándo el animal al que le pertenecían alcanzó el borde y se subió a la mesa.
El unicornio blanquecino movió la cabeza en dirección al pequeño animal que ensuciaba la mesa con sus pequeñas patitas traseras, quién lo miraba con la misma expresión que siempre le dirigía; burla.
-Es..ahg, no importa..- Rodó cómo pudo los ojos, posicionando sus pezuñas en la mesa -..Estoy cocinando, ¿no es obvió?-
-Sí sí sí, no me interesa- Posó sus pequeñas patitas delanteras en su cadera, acercándose a lo que el animal más grande hacía -¿Qué cocinas?-
Alzó una ceja, algo confundido, pero decidió ignorarlo, rechinando más bajo que de costumbre mientras pensaba cómo responderle sin parecer que quería ahorcarlo.
-Estoy haciendo un merengue de limón- Contestó lo más calmado y rápido que pudo, agarrando cómo pudo un mechero, prendiendolo.
-¿Para qué?-
-Es para Beerenice-
-¿Por qué?-
-Porqué..- Pensó un poco la respuesta. En realidad, sólo cocinaba porqué le habían dado ganas, podría considerar en darle a su sobrina para ver que tal estaba -..Porqué sí- Se encogió de hombros, apagando el mechero y dejándolo a un lado.
La pequeña nutria parpadeo unos instantes, acercándose más al merengue que el animal con cuerno hacía.
-Se ve de la verga- Dijo sin rodeos, volviendo a enderezarse, a la vez que cruzaba sus patitas delanteras.
-Yo..¿gracias?-
-No era un halago pendejo, era un insulto-
-Y, según tú, oh maestro de la cocina profesional, ¿qué está mal con mi cocina?- Vio bastante curioso como la pequeña nutria se ponía pensativa, obviamente pensando en que podría criticarle.
Entonces, suspiró.
-Los bordes están muy quemados, el limón está muy ácido pero muy dulce, la crema demasiado blanda y sin sabor que, te hace pensar "¡Oye! ¡Está cosa está asquerosamente asquerosa!", puedo oler el olor a tus malditas pezuñas de cerdo, lo hiciste tú, lo que ya es razón para decir que está malo, ¿fui suficiente críticon para ti, Ñonga?-
Lo último que esperaba era la reacción tan calmada que mantenía el pony, antes de prácticamente saltar tan pronto escuchó el rechinar del animal, asustandolo por lo inesperado, y le había asustado más de lo que querría admitir.
El pony dejó de rechinar, aclarandose la garganta y colocando los codos de las patas delanteras en la mesa.
-Una nutria, ¿criticando mi cocina? ¡Tú has llegado a comer mierda, literalmente!- Alzó la voz -Además, apuesto a que ni siquiera sabes cocinar, ¿qué vas a saber tú?- Acercó su cabeza para estar casi frente a frente de la nutria, viendo por un momento los lentes torcidos que tenía puestos.
-B-bueno..- Tartamudeo -..¡Se cocinar! Que tú no me hayas visto es cosa tuya, pero para tu información, pony de mierda, SÍ se cocinar- Se alejó unos cortos pasos del unicornio, desviando la mirada para evitar ver al animal más grande, cerrando los ojos en el procesó.
Colocándose recto, el pony cruzó de igual forma sus patas delanteras sobre su pecho, soltando un bufido casi inaudible.
-Sí sí, lo que digas, JuanSNutria-
La nutria abrió un ojo para verlo, y después se acercó agresivamente al animal.
-Una última cosa..- Rodeo el dulce en la mesa, quedando frente al unicornio, entrecerro los ojos y, por alguna razón, sacó un arma -..¿Qué chingados haces en MI casa?-
El pony vio a su al rededor, viendo que, como decía la nutria, efectivamente, estaba en su casa. De forma sincera, había olvidado ese detalle. Bajo la cabeza para ver al animal más pequeño.
Se encogió de hombros -No tengo casa, pos nomas-
La nutria le dio una mala cara, disparando cómo si fuera señal de alerta hacía el techo. El pony vio por el rabillo del ojo antiguos disparos en el techo que, probablemente, había hecho la misma nutria una y otra vez en el pasado.
El animal de cinta roja volvió a guardar el arma que, por alguna razón que desconocía, había sacado, procediendo a bajar de la mesa con un excepcional y nulo cuidado alguno, saltando casi sin pensarlo al suelo.
Antes de irse, la nutria se dirigió a la criatura fantástica.
-¿Me guardas un pedazo?-
El pony parpadeó. Lo pensó un poco, un poco menos de lo que esperaba, respondiendo finalmente.
-No veo porqué no-.
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