Capítulo 31

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La habitación del hotel estaba iluminada por la suave luz dorada que se colaba a través de las cortinas. El aire cargado de expectativa entre Jimin y Jungkook se sentía como un campo magnético, atrayéndolos más y más el uno hacia el otro. No era la primera vez que hacían algo así, pero esta ocasión tenía algo diferente: el enorme espejo frente a la cama que prometía capturar cada instante de lo que estaba por suceder.

Jungkook se dejó caer en la cama, apoyándose contra el cabecero, con la camisa desabotonada y los ojos oscuros clavados en Jimin, quien estaba de pie al borde del colchón, deslizándose lentamente la camiseta por la cabeza. La mirada de Jungkook era hambrienta, pero lo que más le encendía era la forma en que Jimin tomaba el control.

— Hoy me perteneces, ¿entendido? —susurró Jimin, su voz suave pero firme.

Jungkook tragó saliva, asintiendo despacio.

— Todo tuyo, hyu... —comenzó, pero Jimin lo interrumpió con una mirada severa.

— Nada de eso. Esta noche tú me llamas por mi nombre.

Una sonrisa juguetona apareció en los labios de Jungkook.

— Sí, Jimin.

Jimin dejó caer la camiseta al suelo y se subió a la cama, situándose de rodillas entre las piernas de Jungkook. Sus manos se deslizaron lentamente por su torso, empujando la camisa abierta hacia los lados antes de inclinarse para presionar un beso en su pecho, justo sobre el tatuaje que decoraba su piel. La respiración de Jungkook se aceleró, y un suave gemido escapó de su garganta cuando Jimin bajó sus labios hacia su abdomen, dejando un rastro húmedo de besos.

— ¿Sabes cuánto pensé en esto? —susurró Jimin mientras desabrochaba el cinturón de Jungkook con dedos habilidosos.

Jungkook no respondió; estaba demasiado concentrado en el calor que lo invadía mientras Jimin deslizaba el pantalón y los bóxers hacia abajo, liberándolo. El miembro de Jungkook estaba ya completamente erecto, y Jimin dejó escapar un suspiro satisfecho al verlo.

— Perfecto, como siempre.

Sin romper el contacto visual, Jimin bajó la cabeza lentamente y sacó la lengua, trazando un camino desde la base hasta la punta, provocando un jadeo profundo en Jungkook.

— Mierda, Jimin... —murmuró Jungkook, su voz cargada de deseo.

Jimin sonrió contra su piel antes de envolverse completamente alrededor de él. Los gemidos de Jungkook resonaron en la habitación mientras Jimin trabajaba con un ritmo preciso, succionando y dejando que su lengua explorara cada rincón, alternando entre movimientos lentos y rápidos que lo llevaban al borde de la locura.

— Mírate en el espejo —ordenó Jimin, separándose por un momento.

Jungkook abrió los ojos y giró la cabeza hacia el espejo. La imagen de Jimin arrodillado entre sus piernas, con los labios hinchados y húmedos mientras lo miraba con deseo, lo hizo gemir aún más fuerte.

— Quiero que recuerdes exactamente cómo te hago sentir esta noche.

Jimin volvió a tomarlo en su boca, profundizando hasta que las lágrimas se acumularon en las comisuras de sus ojos. Sus manos se apoyaron en los muslos de Jungkook, manteniéndolo en su lugar, mientras sus movimientos se volvían más intensos.

— Si sigues así, me voy a correr —jadeó Jungkook, inclinando la cabeza hacia atrás.

Jimin se separó con un sonido húmedo, limpiándose los labios con el dorso de la mano.

— No tan rápido. Aún no he terminado contigo.

Se levantó y lo empujó suavemente hasta que Jungkook quedó sentado al borde de la cama. Luego se dio la vuelta, mirando el espejo mientras se desabrochaba los pantalones y los dejaba caer. Su cuerpo perfecto reflejado en el cristal hizo que Jungkook tragara saliva.

behind the screens ✿ km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora