En el silencio que seguía a su breve tregua, el aire entre ellos estaba cargado de algo más profundo que las antiguas rivalidades. Había una energía que crecía, algo que durante mucho tiempo ambos habían reprimido, ocultado bajo capas de odio, deber y guerra. Optimus y Megatron seguían ahí, uno frente al otro, sin espadas ni armas, solo con la cruda realidad de lo que sentían.
Optimus Prime: (con voz temblorosa) "Todo lo que hemos pasado... todo lo que hemos destruido. No sé cómo podríamos siquiera imaginar un futuro."
Megatron: (suavizando su tono) "No se trata de lo que hemos hecho, Optimus. Se trata de lo que aún podemos ser. Lo que fuimos antes de todo esto aún está aquí, dentro de nosotros."
Optimus miró hacia el suelo, su inmensa mano temblando ligeramente. Recordaba los momentos en los que compartían sueños, risas, y cómo los días antes de la guerra parecían tan lejanos ahora. Pero algo en el fondo de su chispa le gritaba que Megatron tenía razón. Algo en él aún anhelaba aquello que ambos habían dejado atrás.
Optimus Prime: (susurrando) "Lo que fuimos... era hermoso."
Megatron: (acercándose más) "Y aún puede serlo."
La distancia entre ellos se redujo hasta que sus chispas parecían latir al unísono. Los ojos de Megatron, normalmente fríos y llenos de ira, ahora reflejaban una emoción diferente. Una vulnerabilidad que pocos habían visto, pero que siempre había estado allí con Optimus. En ese momento, eran solo ellos dos, sin la carga de la guerra sobre sus hombros.
Megatron: (en un susurro suave) "Optimus... ¿lo sientes?"
Optimus levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Megatron. En ese instante, algo se rompió dentro de él, algo que había estado resistiendo durante demasiado tiempo. Sabía que lo que ambos compartían no podía ser negado más. Era un amor forjado en los tiempos de paz, pero sobreviviente a la destrucción más profunda.
Optimus Prime: (sin apartar la mirada) "Sí... lo siento."
Sin decir nada más, Megatron dio el paso final que los separaba. Con una suavidad que contrastaba con su imponente figura, levantó una mano y la colocó en el lado del rostro de Optimus. Era un gesto que contenía siglos de historia, de amor reprimido, de esperanza rota y de deseos nunca expresados.
Optimus, por un momento, cerró los ojos, dejándose llevar por esa cercanía. La mano de Megatron era cálida contra su piel de metal frío. Entonces, casi con timidez, como si ese instante pudiera romperse en cualquier segundo, ambos se inclinaron ligeramente, hasta que sus labios de metal se rozaron.
El beso fue suave, lento, pero lleno de todo lo que nunca pudieron decirse. Las luces del campo de batalla parecían desvanecerse, y el eco de las explosiones y los gritos se desvaneció, dejando solo el latido de sus chispas resonando en sus cuerpos.
Megatron: (con voz rota) "Te he extrañado, Orion."
Optimus Prime: (con los ojos cerrados, disfrutando el momento) "Y yo a ti, Megatronus."
El uso de sus antiguos nombres trajo una oleada de emociones. En ese beso, no eran líderes en guerra, no eran enemigos mortales. Eran simplemente ellos, dos seres que una vez soñaron con un mundo mejor, que compartieron más de lo que jamás admitirían en público. Dos amantes separados por el destino, ahora reencontrados en medio de las cenizas de su propio conflicto.
Cuando finalmente se separaron, sus frentes se quedaron pegadas, y ambos permanecieron en silencio, sabiendo que aquel momento era fugaz, pero vital. El amor entre ellos seguía ahí, inquebrantable, aunque la guerra intentara aplastarlo.
Optimus Prime: (en voz baja) "No sé si esto cambiará algo. La guerra aún sigue, y nuestros ejércitos... nos necesitan."
Megatron: (con una sonrisa suave) "Puede que nada cambie de inmediato, pero ahora sabes que esto, nosotros, sigue vivo. Y mientras lo esté, siempre habrá una parte de mí que te pertenezca."
Optimus lo miró, aún dudando, pero con una nueva esperanza en su chispa. Quizás la paz aún estaba lejos, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que había algo más allá de la guerra. Algo por lo que valía la pena luchar, no solo para Cybertron, sino para ellos dos.
Optimus Prime: (susurrando) "No quiero perderte de nuevo."
Megatron: (con firmeza) "No lo harás. No esta vez."
El momento de intimidad se rompió con el ruido de acercamiento de los ejércitos, recordándoles la realidad de su situación. Pero mientras se alejaban, cada uno hacia su bando, sabían que algo había cambiado. Un lazo había sido restaurado, y aunque la guerra continuara, su amor, oculto bajo capas de odio y conflicto, seguía ardiendo.
Y en algún lugar en medio del caos, ambos sabían que encontrarían la manera de mantenerse juntos.
El campo de batalla los separaba, pero esa chispa que una vez compartieron seguía ardiendo, prometiendo que, al final, habría un nuevo amanecer.
