—nunca había sido más feliz, saber de tu llegada fue lo mejor que pudo pasar en la vida. conocí a Livia en un restaurante que frecuentaba con mis hombres para hablar de negocios, ya estaba decidido que nos moveríamos a Chicago y derrocaríamos la débil bratva que lo controlaba en ese entonces. —mi padre empezó a hablar sin que yo pudiera detenerlo, pero tampoco estaba segura de querer hacerlo callar.
Así que continuó
—ella sabía que era un hombre malo, como podía no saberlo. Pero a sus ojos era un tipo normal, con sentimientos y emociones. Pasaron varios meses antes de empezar a seguirla a su casa cuando salía del trabajo. —una verdadera sonrisa, soñadora y llena de añoranza se pintó en sus labios. —si se dio cuenta de mi presencia o no, nunca me lo dijo, pero pasadas unas semanas de establecer una rutina donde yo la seguía hasta su pequeño departamento y después me quedaba ahí esperando por algo que no sabía que... por fin pasó.
Se detuvo en la puerta y se dio la vuelta, me miró a los ojos antes de lanzarse a mis brazos y besarnos por primera vez.Tragué un nudo en la garganta. Podía imaginar a una mujer común y corriente como yo, cayendo en picada por un hombre como mi padre. Estiré mi mano para tomar la suya, sus signos vitales eran normales, estaba bien. Lo saqué de su recuerdo y me sonrío antes de continuar.
—no nos separamos desde ese día, nunca me pregunto en dónde trabajaba y nunca me pidió nada. Se entregó en alma y cuerpo a mí, así como yo le entregué mi corazón.
Fue el año más feliz de mi vida.—¿qué pasó después? —le pregunté sin querer causarle algún daño por el recuerdo.
—nos enteramos de que venías al mundo. Ella no tenía familia, al menos nunca lo mencionó. Yo tenía planes de traerlas conmigo una vez que la lucha por el poder de Chicago hubiera terminado.
Era mi obligación estar ahí con ella, pero mi trabajo me exigía más cuando estábamos a punto de ganar Chicago.
Cuando regrese... ya era tarde. Hacía dos días que habías nacido. Y junto con tu acta de nacimiento me entregaron el cuerpo de Livia.
No imaginaba un dolor más grande que ese. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas y no solo era por conocer por fin la verdad, estaba llorando la pérdida de mi padre. Perdió al amor de su vida. Perdieron su oportunidad de tener una buena vida.
—lo siento tanto papá. —susurré limpiando mis mejillas. Su agarre en mi mano se intensificó.
—yo lo siento princesa, no pude conservarte. Una parte de mí miraba a Livia en ti. Y no podía con el dolor. Quería destruir el mundo entero. Y lo hice.
Convencí al padre de Luca que se quedara en Los Ángeles como una extensión de nuestra organización, no fue fácil convencerlo. Y tampoco al anterior jefe. Pero me había convertido en el mejor hombre, el mejor ejecutor, no tenía nada que perder y no me daba miedo la muerte. Ya tenía el infierno ganado.
Soltó una risa triste.
—mantenía mi vida privada, pero cuando te di en adopción... le dije a Enzo que se asegurara de fueras amada. —se le quiebra la voz. —yo no podía. No después de perder todo lo que alguna vez amé.
Lo entendía, a mí no me ama.
—pero nunca te olvide, —se apresuró a decir. —no cuando rechace a cualquier mujer con la que intentaron casarme, no cuando el jefe murió sin heredero y fui yo el que tomó su lugar, no cuando pasaron los años y me hice viejo.
—¿lo de tu enfermedad? —pregunté cautelosa.
—sí, sé que es egoísta, pero no quiero morir sin saber que al menos me perdonas. No quiero irme sin ver cómo esa pequeña niña de cabello rubio como el de su madre me perdona por haberla dejado. Y si no me perdonas, espero que al menos me aceptes en tu vida. Como un amigo, como un tío, como lo que sea. Pero quiero estar en ella.

ESTÁS LEYENDO
Dulce NO tan Dulce (borrador terminado) ✔️
RomansaSussan & Aarón love story Nadie me dijo que soy adoptada. Nadie me dijo que mi verdadero padre era un líder de la mafia, que decidió buscarme justo ahora cuando mi vida se estaba poniendo aburrida. Nadie me dijo que enamórame del mejor amigo del e...