Efímero.

Capitulo 1.

Fynn

Último fin de semana de vacaciones de verano, y en unas horas más llegara mi nuevo compañero de habitación. Habían dicho que sería un chico, así que eso es lo que estoy esperando. Son las 8:30 am y sólo observo el techo mientras un cuerpo desnudo se abraza al mío; y de repente una voz chillante interrumpe mis pensamientos -Buenos días- dice la chica, de la cual no recuerdo el nombre y no me sorprende ya que por lo general no lo hago. Me giro y la observo por unos segundos, era morena y con grandes labios, ojos tremendamente azules y manchados a su al rededor por el maquillaje negro de la noche anterior, tiene el cabello largo y un par de tatuajes por su cuerpo, a decir verdad creo que eso me gusto de ella, además de que ya traía unas copas en mi sistema y como siempre no pensaba con claridad. -Levántate, es hora de que te vayas- dije en tono firme y esperando que ella no sea una de esas que después de que te las echas facilmente hacen una escenita como esperando a que algo suceda entre los dos. -¿Que? ¿Por qué?- dijo está misma con cara de asombro y me atrajo más hacia si. -Porque ya es hora de que te vayas- y agregue algo que sabía que la haría irse de inmediato- Bethany.- la chica morena me miro nuevamente extrañada y con sus ojos furiosos -Ese no es mi nombre- replicó ella -Y ya me iba, idiota.- y me límite a no en mutar ni una palabra, sólo observe como se enderezo de mi lado mientras se vestía y tomaba sus cosas. Minutos más tarde la puerta del dormitorio se cerró y me levanté para ducharme. El baño era amplio y con azulejos azules al rededor. Me desvesti y me meti a la tina para despejarme y relajarme un poco gracias a la cruda de anoche y por el sexo que ni siquiera recuerdo que tuve. 

Una hora mas tarde y despues de haber limpiado mi habitacion me dispuse a ver la television  a esperar que mi nuevo compañero de habitacion llegara. Las habitaciones en UT son mixtas, y yo no tenia problema con ello. Mi habitacion era amplia, a decir verdad, de las mejores del campus y con baño privado, algo que no todas las residencias tenian; por lo general tenias que compartir el baño con todos y las habitaciones eran mucho mas pequeñas que la mia, y eso se debia por cuanto estabas dispuesto a pagar por estas comodidades. Tiene las paredes blancas, y dos camas a cada lado, mas un escritorio para cada compañero, un mini refrigerador el cual por lo general estaba lleno de cerveza y vodka, una mesita de noche, un amplio sofa y una television pantalla plana, a decir verdad, gozaba de grandes lujos aqui, y la pasaba mucho mejor que en mi propia casa y al lado de mi disfuncional familia. -Mi madre- ¡Mierda! pense. Tenia que llamarla hace mas de 30 min y no lo habia hecho, se pondra furiosa, pero ¿que mas da? Siempre me esta haciendo la vida imposible junto con mi estupido padre. Tome mi iPhone y marque el numero de casa, sono y sono pero nunca contestaron -Genial- mencione en voz baja, asi no tendre que verlos y podran ver que al menos lo intente; y arroje mi celular al otro lado del sofa color azul. 

Una hora mas transcurrio y ni siquiera habia notado lo que estaba viendo cuando de  pronto mi celular sono con una cancion de la cual ni siquiera recuerdo el titulo y supe que era Caleb, asi que simplemente lo tome y conteste. -Hey- solo dije. -Que onda Bro, estamos aqui en el The Retreat, ven y tomate unas cervezas- Dijo el. -¿Quienes dices que estan?- pregunte. -Sarah, Martin, Tonny, Megan y yo, caile wey- Gruñi un poco, queria estar en mi habitacion para cuando el nuevo llegara y dejarle en claro un par de cosas con respecto al dormitorio, pero en fin, es el ultimo Sabado, y era temprano aun pero desde ahorita empezaba la fiesta. -Bien, llego en 10- dije y colgue. Tome mi billetera, las llaves de mi coche y sali por la puerta. 

Al llegar al bar el cabello azul de Megan se hizo notar y lo segui hasta la mesa redonda en la que estaban sentados. Sarah en las piernas de Tonny, Megan en las de Martin, estos dos ultimos son gemelos y el parecido es realmente increible -Vaya, hasta que por fin llegas guapo- Exclamo Sarah al verme, la chica estaba buena y me la habia echado un par de veces, usaba el cabello hasta la cintura en color gris, era alta y con hermosas piernas, sus ojos son de un verde chillante y su sonrisa es maliciosa y sexy a la vez,  tiene la piel blanca y es tremenda. Y Megan no se queda atras, su cabello corto hasta al hombro y azul hace que su cuerpo bien formado resalte, es un poco mas baja que Sarah pero tambien esta muy buena, ademas de que cuenta con dos canicas color cafe por ojos, tambien es de piel blanca y obviamente no se me habia pasado en mi lista de chicas. -Eh, que onda- me limite a saludar con un movimiento de cabeza. -Wey, te note raro al telefono, ¿paso algo?- Pregunto Caleb, el cual era solo un poco mas bajo que yo pero no menos atractivo -No, es solo que estaba esperando a mi nuevo compañero, es de primer semestre y llega hoy- Dije. -Ah, genial.- Dijo Martin con Meg en las piernas todavia. -No lo se wey, es nuevo y no quiero que me ocasione problemas, no sabe nada y puede que sea una gran molestia, no quiero ser su niñero- Dije, y esa era una gran verdad, no queria andar cambiando los pañales del chico nuevo, y en verdad esperaba que acatara todo lo que tengo pensado decirle al verlo. -Que va, cuando llegue lo traes para conocerlo, puedo enseñarle muchas cosas- dijo Sarah con una amplia sonrisa en su rostro. -Si! Podrias llevarlo a la fiesta en el departamento de los gemelos- agrego Meg, con una sonrisa muy parecida a la de Sarah, estas dos chicas eran un dolor de cabeza cuando lo querian, pero cogian bien, inclusive me habia acostado con las dos al mismo tiempo, habia sido un sueño. -Aja- solo conteste intentando no dejar al descubierto mis pensamientos sucios, mientras alargaba mi brazo para tomar un banco y sentarme a tomar junto con ellos. 

Todos hablabamos y reiamos mientras que la cerveza hacia de las suyas en nuestros sistemas, pero yo intentaba mantenerme lo mas sobrio posible ya que en la noche habria una gran fiesta de regreso a las clases en el departamento de Tonny y Martin. 

Lo que restaba de la mañana transcurrio como cualquier otra y cuando menos lo espere ya eran las 3:15 de la tarde, -mierda- dije para mis adentros y me despedi de los chicos, tenia que ir al dormitorio y cerciorarme de que todo estuviera bajo control y de que el nuevo no haya tocado mis cosas.