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3. Amor por amor

Después de recibir la noticia de que Jun Lixuan despertó, el sexto príncipe, Jun Liche se sintió aliviado. Jun Liyuan ordenó que se le dijera que no necesitaba apresurarse a volver, y Jun Liche se tranquilizó con lo que su padre le había confesado y luego regresó a Beijing. Tan pronto como salió del estudio imperial, fue directamente al palacio donde descansaba Jun Lixuan.

«Su alteza el sexto príncipe». Ming Li invitó a Jun Liche a entrar, y Jun Lixuan dejó de lado el libro que tenía en la mano. Pensando en su hermano quien lloraba amargamente frente a su propio espíritu, los ojos de Jun Lixuan se llenaron de sentimientos. En la vida pasada no le importaban los sentimientos de los demás, por lo que perdió la oportunidad de la cercanía que muchos hermanos deberían tener, pero ahora tiene la oportunidad de hacerlo.

«¿Por qué estás leyendo? Necesitas descansar más cuando estás herido y hacer menos esfuerzo». Jun Liche sonrió educadamente.

«Me he recuperado en su mayoría y puedo regresar a la mansión en dos días». No hay forasteros aquí, y Jun Lixuan dijo sin rodeos: «El palacio imperial es bueno, pero se debe ser más cauteloso. Mi palacio es más cómodo».

Jun Liche asintió comprendiendo: «Cuando era joven no sentí eso hasta que salí del palacio para construir mi mansión, al volver a vivir en el palacio, de hecho, es muy restringido. Sin embargo, es conveniente usar las medicinas en el palacio. No seas codicioso. Es importante para tu cuerpo».

«Lo sé. Ya ha sanado, no pasó nada».

Jun Liche observó la expresión de Jun Lixuan, después de un largo rato asintió y dijo «Lixuan, el feo color entre tus cejas parece haber disminuido un poco ahora».

«¿En serio?». Jun Lixuan no se había mirado en el espejo en muchos días, no había forma de que supiera.

«Así es.Tu hostilidad es majestuosa en el campo de batalla, pero en circunstancias normales, en realidad es un poco horrible. Nosotros tres estamos acostumbrados ya que estamos juntos todo el día. Pero solo mira a los sirvientes en el palacio y en tu mansión, quien te mira, inclina la cabeza y desea enterrarse a sí mismo».

Jun Lixuan frunció ligeramente el ceño, pensando que en caso de que sea cierto, exceptuando a Ming Li, quien lo ha seguido desde que era un niño, nadie se atreve a decirle una sola palabra. Él nació con esta mirada hostil y su madre también estuvo muy triste debido a esto. A veces cuando la mira, ella se sorprende. Esta es también la razón por la que la alejó en su vida pasada.

Pensando en eso, realmente no le desagrada a la emperatriz, ni estaba asustada de él, solo se sorprendía ocasionalmente por su hostil mirada. No puede ser culpada por esto, después de todo, ella fue criada muy delicadamente y es normal que no sea tan atrevida como un hombre.

«Muy bien, no hablemos de esto». Viendo que la atmósfera se volvió un poco extraña, Jun Liche cambió de tema de manera oportuna «Escuché que alguien cambió su temperamento y quiere casarse con Ling Qiyang».

Hablando de Ling Qiyang, Jun Lixuan barrio la neblina de pensamientos y su mirada se suavizó. Pensando en la traición de los últimos diez años, la deuda antes de la muerte y los tres años de espera en esta vida, Jun Lixuan dijo en voz baja: «Creo que le debo todos estos años. No ha hecho nada malo de principio a fin. Pensé que era cómplice de la concubina imperial, así que no quería casarme con él. Pero cuando me negué a casarme con él en ese entonces, excepto por la furiosa ira del padre imperial, la concubina imperial no dijo una palabra. Querer que me case con Ling Qiyang debería ser su propia intención».

«Él me esperó por 3 años, y está apunto de pasar de su mejor edad. En realidad, tengo una relación con él, pero lo había olvidado. Ahora que lo he pensado recientemente, me siento un poco triste. Si él no fuera sincero hacia mi, sería grandioso. No me esperaría. Después de todo, yo estaba seguro de no casarme con él».