III

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No sé en qué estoy pensando cuando por fin me siento a su lado en el bus y le dirijo la palabra. A ella parece divertirle el hecho de que me presente con nombre y apellido porque está riéndose. Y si me gustaba su sonrisa, su risa me gusta aún más. Me anoto mentalmente el hecho de tener que no solo tomar fotografías para recordar, sino también a grabar. El sonido de su risa es algo digno de merecer un grammy de lo melodiosa y dulce que es, mejor canción del año desde hoy hasta siempre y ella entera debería recibir el premio a mejor álbum alguna vez sacado en toda la eternidad.


Negativos jamás revelados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora