Capítulo 3

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Regreso   a la casa con un dolor de cabeza insoportable y con ganas de dormir  por todo lo que resta de la semana. Al llegar a la tienda me encontré  con gente que no veía desde que me largue de aquí, como Briana   Daniels, la chica mas popular de la secundaria la cual siempre   trataba de estar un paso mas alto que yo ¿por qué? No lo se, lo que  si se es que comencé a odiarla cuando me entere de que esta   badiciéndole a todos mis compañeros cosas horribles sobre mi y todo   porque ella se entero de que, secretamente, estaba enamorada de Jack   Marcus el capitán del equipo de fútbol quien era el chico mas   popular de la escuela por el cual todas suspirábamos, incluida yo.



No   fue una sorpresa saber que se casaron y tienen dos hijos, varones,eran los populares ¿qué esperaba? pero al saberlo hoy cuando me lo   dijo muy amigablemente en el centro comercial me di cuenta de que   ella ya no es la misma tonta de la escuela. Ser madura cambia a la   gente, y estar con la persona correcta que para ella es Jack. A él   no lo vi pues Briana estaba sola con sus hijos, Nathan y Harry,mellizos y muy lindos.

Al   hablar con ella pude ver también que no a cambiado mucho su aspecto,sigue llevando su cabello rubio platino bien ordenado, sus ojos   marrones muy brillantes y su cuerpo bien torneado como la recordaba.Puede ser raro pero quedamos en salir algún día para ponernos al   día sobre las cosas por aquí. No por decisión mía claro esta,sino porque ella comenzó a pedírmelo y...a decir verdad, es bueno   ver a alguien conocido por aquí.



Hablar  con ella me distrajo de lo que pase en la mañana, cosa que le   agradezco. Pero mientras camino a las escaleras de la casa ruego al   cielo que no me escuchen, no quiero hablar con mi padre respecto al  tema, es algo que yo sola debo enfrentar además, era obvio que me lo  iba a encontrar al regresar aquí, ¡por dios! su madre es mi maldita madrastra ¿qué esperaba? supongo que solo confié en ser valiente y  no dejar que me afecte, pero al parecer me equivoque muy feo. Porque aunque lo niegue con todo mi ser y quiera hacerme creer que lo he  olvidado, la verdad es que cada vez que pienso en Dominic vuelvo atener catorce años, vuelvo a ser la chica enamorada de su  hermanastro.



—¡Papá!



Me   detengo a mitad del pasillo al escuchar el grito. Miro a la  habitación de la que salio tal grito y sin pensar camino hasta allí.

Al   abrir la puerta me encuentro con una de las niñas, no estoy segur  ade cual, tirada en el suelo llorando mientras se agarra la rodilla. Sin dudas corro hasta ella y me siento a su lado, la niña me mira   con recelo mientras mas lágrimas caen a sus regordetas mejillas.



—¿Qué   sucede? ¿te caíste?—Ella asiente lentamente mientras sorbe. —No   pasa nada, no llores.



Miro  a mi alrededor y me doy cuenta que de, al parecer, es un cuarto de    juegos. Aquí hay muchas muñecas, cochesitos con bebotes arriba,vestidos de princesas, tacitas de té y toda porquería de juguetesde niñas. Sin saber muy bien que hacer me levanto del piso bajo la   mirada de la niña.



—Mira,  que te parece si te levanto para que puedas sentar y te revisare ¿quiéres?



—Quiero   a papá....—Susurra.



Su   padre. Dominic.  Mi pecho duele pero lo ignoro totalmente mientras la   levanto a pesar de lo que me dijo, la siento en una silla de plástico  rosa ¿ ya dije que todo es rosa en esta habitación? miro su rodilla   y veo que tiene un leve raspón, nada de que preocuparse, pero para   alguien de su edad esto es como si te hubieras cortado la pierna, son  exagerados los niños, lo se porque era completamente igual de    pequeña.

¿Me enamore de mi hermanastro? Daiana .B. CaravalloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora