Tocando Tú Corazón (Shorts Sonic Multiship)

Por mi voluntad 3 -infisonic-

Extiende las sabanas recién lavadas limpiando su rostro al ver su trabajo ya terminado, da una sonrisa leve orgulloso.

Le ha costado, pero ha logrado adaptarse un poco en esos meses, aunque aún le duele el cuerpo tras trabajar, le alegra seguir ya el ritmo de las sirvientas y de los otros esclavos del castillo.

Aunque recordar todos los problemas que paso antes de eso no era muy de su agrado, pero por lo menos el emperador no se enojó, más bien parece que le divertía, es un poco vergonzoso saber que se burlaba de su trabajo, sin embargo no hubieron castigos, que es lo importante.

Regresa al área de lavandería dejando la cesta y así ir a su siguiente trabajo. Toca la puerta de la oficina del emperador y al no haber nadie entra con sacudidor. Se adentra al lugar y comienza a trabajar, sacudiendo todos los libros del lugar, recogiendo algunas cosas del suelo dejándolos sobre las mesas y fregando el suelo. Cuando llega al escritorio revisa los documentos con curiosidad.

—no sabía que fueras alguien tan curioso —escucha una grave voz y alza la  mirada encontrando al chacal

—lo, lo siento —deja las cosas en su lugar

—no importa —camina y se sienta en su lugar

El azul sigue en lo suyo, limpiando el suelo con calma bajo la mirada del chacal.

—sonic, si tuvieras que alimentar a toda una ciudad, pero los cultivos han sido insuficientes, ¿Cómo lo harías? —detiene la limpieza un momento, sorprendido ante la pregunta, duda en responder. —olvídalo, es, creo que no es algo que te interese realmente

—… depende del tipo de cultivo —responde y sigue limpiando —hay tierras donde solo se cultiva trigo y el resto del tiempo se deja allí una vez se hace la cosecha, nosotros lo que hacíamos era poner otro tipo de cultivo como papa, o colocar ganado —se detiene y mira al chacal —si la tierra ya no se usa plantábamos árboles frutales, las manzanas tardan dos años antes de dar sus frutos

—colocar diferentes cultivos —susurra y sonríe —no es mala idea, investigaré —se sienta bien en su asiento y sigue trabajando —gracias —toma los documentos que tiene y sigue trabajando

El azul solo sonríe al ver que no pasó nada grave y sigue trabajando en limpiar el suelo.

Mientras esto sucede, el chacal lo observa de vez en cuando, como lo ha hecho desde hace algún tiempo.

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Hay algo que le confunde y es el hecho de como el emperador ha cambiado con él, ya no hace todas las tareas de antes, solo algunas y muy de vez en cuando, y ahora se mantiene más tiempo acompañando al emperador en su despacho. Supone que le ayuda como consejero en algunas cuestiones de su imperio, pero eso debería hacerlo su ayudante o consejero real ¿no?

Levanta el rostro hacia el chacal quien sigue escribiendo en varios papeles, supone que las leyes que solicitan ser aprobadas. Recuerda eso de su vida como noble, es algo agotador.

Piensa un poco y se levanta. —majestad, me permite retirarme un momento?

—bien, regresa pronto —indica y se reverencia aceptando su pedido.

Sale rápido de allí hacia la cocina, yendo con una de las cocineras preguntando algunas cosas. En cuestión de minutos regresa con algo en una bandeja regresando con el emperador. Al ingresar coloca lo que trae en una pequeña mesa frente al escritorio.

—que has traído?

—es un té relajante y un aperitivo

—yo no te he pedido nada

—lo sé majestad, es solo —mueve sus manos algo nervioso —que es difícil trabajar tanto, algo dulce siempre me ayudaba a las largas jornadas, consideré que… quizás quisiera usted también?

Siente los ojos del chacal sobre él y tras un suspiro lo mira dejar todo para ir a sentarse en las sillas. Sonríe levemente y sirve rápidamente el té para que lo beba.

—me tendrás que acompañar —le indica aceptando la taza

—sí majestad —sonríe y se sienta enfrente de él

Tras un largo silencio el chacal comienza a hablar, cosa rara también para el azul, pero no le incomoda. Le contesta lo mejor que puede, al ser más preguntas sobre etiqueta y gobierno, una que otra cosa personal que no le molesta en compartir.

Quizás sea una idea equivocada, pero le gusta la idea de que ahora son amigos.

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—jake —dice el chacal colocando su pieza en el tablero

—jake mate —responde con una sonrisa al derrotar al chacal en esta partida.

—¿cómo? —susurra sorprendido al ver el tablero, se supone que llevaba la delantera.

—con su permiso majestad, reclamaré mi premio —sonríe juguetón tomando el trozo de pastel y comienzo feliz ante su victoria

—eres alguien bastante listo —suspira el chacal

—gracias por el alago —sonríe moviendo su colita inconscientemente

Se concentra en comer su pastel, alzando la vista y encontrando de vez en cuando la mirada del canino sobre él, volviendo a agacharla para comer. No es la primera vez que lo observa de esa forma, es un poco incómodo, pero lo atribuye a que ahora es más como su entretenimiento. Por lo menos eso parece. 

—sabes que te ves tierno cuando mueves la cola?— escucha su voz, sonrojándose de la nada ante su comentario, sacándole una risa al chacal.

—lo lamento —susurra haciendo un ligero puchero

—no me molesta —indica sin despegarle la vista

—creo, creo que es hora de volver majestad— señala el azul, calmando su vergüenza y mirando la posición del sol. Que era la forma común de guiarse en el tiempo.

—tienes razón— se levanta de su lugar y él azulito también puesto que lo tiene que acompañar. —vamos entonces, pero me debes la revancha

—claro majestad —sonríe y ambos salen del jardín con camino a sus deberes.

Pero antes de cambiar de dirección el chacal se detiene, deteniéndolo también.

—solo una cosa

—si?— pregunta mirando al oscuro, quien voltea rápidamente y lo atrapa entre sus manos, uniendo sus labios

Se queda helado ante lo que pasa sin saber qué hacer. Cuando el rey se aparta son solo segundos lo que se observan antes de que él siga su camino sin decir absolutamente nada.

Cuando su cerebro al fin reacciona, sus mejillas melocotón pasan a ser manzanas, temblando ligeramente ante los nervios, o quizás emoción, del contacto anterior. Lleva su mano a su boca tapándola con su palma sintiendo su corazón casi salirse de sus costillas.