– Max, solo son tres días.
– Hace años que no salgo de viaje sin ti. ¿No vas a extrañarme?
Sergio le palmeó cariñosamente la cara a Max y lo besó.
– Claro que te voy a extrañar, iría contigo si pudiera, pero tengo clases. Además, recuerda que te estás yendo de viaje ahora para que cuando vuelvas tú y yo nos vayamos solos de fin de semana. ¿Ya lo olvidaste?
Max sonrió y hundió el rostro en el cuello de Checo
– Claro que lo recuerdo – murmuró mientras lo besaba delicadamente en el cuello y detrás de la oreja.
– Max... los niños están abajo.
– Ya no son niños, y no van a escucharnos.
– Cierto, la mayoría ya no son niños. Así que supongo que no volverás a mirar mal a Brett o a Dan, ¿cierto?
Max se apartó y frunció el ceño.
– No uses eso en mi contra.
Sergio se rió y lo besó.
– Vamos a llegar tarde al aeropuerto, anda ya. Tienes que despedirte de tus hijos.
Max y Sergio salieron de su habitación y bajaron las escaleras. Sus cinco hijos los esperaban en la sala. Elba fue la primera en acercarse y abrazó a Max.
– ¡Buen viaje, papá! ¡Te vamos a extrañar mucho!
– Yo también voy a extrañarlos estos días – aseguró Max abrazándola de vuelta.
– Que te vaya bien, papá – dijo Santiago.
– Llámanos cuando llegues – pidió Liam.
– Cuídate mucho – tercio Pato.
– ¿Vas a llamarme por teléfono? – preguntó Noel.
– Claro. Cuando me desocupe, te llamaré – Max abrazo a su hijo más pequeño.
Los cinco se despidieron de Max de forma tan adorable que Sergio entrecerró los ojos.
– Max, adelántate al auto. Tengo que darle unas indicaciones a Liam y Pato.
Max obedeció y salió. Sergio miró a sus cinco hijos.
– Me pasaré del aeropuerto a la escuela. Alguien tiene que llevar a Noel a la escuela y recogerlo para llevarlo a su partido de futbol.
– Yo me encargo – dijo Liam.
– No quiero a nadie fuera de casa después de las nueve de la noche sin haberme avisado.
– No, papá – respondieron al unísono.
– Nos vemos en la noche, todos. Si uno de ustedes piensa invitar a alguien a cenar, avísenme antes de las cinco de la tarde para tenerlo contemplado.
– Si, papá.
Sergio asintió y sonrió, más relajado.
– Que tengan buen día, niños.
– Tu también, papá – dijo Liam.
– Maneja con cuidado – agregó Pato.
Sergio salió de la casa y los cinco miraron a sus padres irse. Elba tomó su mochila y besó en la mejilla a Noel.
– Me voy. Brett me está esperando afuera.
– No me esperen a comer – dijo Santiago, revolviendo el cabello de Noel – Iré a la relojería con Leonardo.
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Remains the Same
FanfictionCuando creces, cambian muchas cosas, pero también hay otras que permanecen inamovibles en el tiempo. Liam, Logan, Oscar y Pato se conocen desde niños. Ahora que son mayores, para algunos de ellos, no ha cambiado nada, pero para otros ha cambiado to...