Capítulo 4

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Ash me miró, como si me pidiera permiso para hacerlo, un gran detalle por su parte, pero fingí no haberle visto. Drew acercó su boca a la de él. Sentí un dolor en el estómago y una especie de pinchazo en el pecho, la sangre me hervía y la cara se me estaba calentando. Estaba furioso y a la vez triste, pero no podía dejar que nadie supiera lo que sentía, así que hice como si nada y me quedé callado mirando como se juntaban sus labios. Cuando hubieron acabado, todo el mundo estaba en silencio, se podía palpar la tensión en el ambiente.

- Creo que es hora de ir acabando la fiesta- dijo Kim. 

Todos ayudamos a recoger. En un instante en el que vi la oportunidad, cogí a Drew del brazo y le llevé al salón para hablar a solas.

- ¿Qué quieres Mike?- dijo con voz cansada.

- ¿Cómo que qué quiero? Una respuesta, eso quiero- dije intentando aparentar normalidad.

- Bueno... he estado dándole muchas vueltas estos dos días y...

Ya me estaba temiendo lo peor.

- Creo que es mejor no hablarlo aquí,- siguió- quedamos mañana para comer y lo hablamos tranquilamente.

- De acuerdo- dije entristecido pero a la vez esperanzado, no todo estaba perdido. 

Seguimos ayudando a recoger. Cuando hubimos acabado nos fuimos todos; menos Liv, Nat y Drew que se quedaban a dormir en casa de Kim. Llegué a casa cansado, no me costó mucho conciliar el sueño, pensando en qué ocurriría al día siguiente. 

(***)

Había quedado a las diez en casa de Kim para recoger a Drew e irnos a dar una vuelta y después a comer, y como vivo a una hora de camino yendo en bus, a las ocho y media de la mañana ya estaba despierto. Hay que ver los madrugones que hacía por esa chica... pero ella merecía la pena.

El bus estaba vacío. Normal  a esas horas. Me senté en un sitio al lado de la ventana, me puse los cascos y empecé a escuchar música.  ¿Por qué todas las canciones me hacían pensar en ella...?  El camino se me hizo corto, puede que fuese porque me había dormido durante el trayecto, pero es que era tan temprano y se estaba tan a gusto en el bus.

A las diez estaba bajando del bus y me dirigí a casa de Kim que estaba a una manzana de la parada. A las diez y cinco estaba en la puerta. Toqué al timbre.

- Hola- me dijo la persona que me había recibido.

Para mi sorpresa no era ni Nat, ni Kim, ni Liv, ni Drew.

- Hola Ash- le contesté- ¿Qué haces aquí?- intentaba no parecer molesto.

- Me he despertado pronto y he decidido venir a ver a las chicas- dijo alegremente.

- Anda...

Entramos en la habitación de Kim donde estaban las cuatro. Cuando nos vieron se callaron, seguramente estaban hablando sobre lo mio con Drew, pero la verdad me daba igual. 

- Hola a todas.- saludé- ¿Nos vamos Drew?

- Sí, al final vienen Nat y Ash a comer con nosotros- dijo como si no fuera nada importante.

"¡Tiene que ser una broma!" pensé. 

- Vale... entonces, ¿podemos hablar a solas?- dije delante de todos, ya me daba igual lo que pensaran. 

- Está bien...- contestó poco convencida.

Salimos de la habitación.

- ¿Qué pasa?

- ¡¿Qué pasa?! Que estoy cansado de que me des largas y siempre pospongas nuestra conversación sobre lo que has elegido. Y me estoy hartando- intenté bajar la voz, sin darme cuenta había subido el tono y estaba casi gritando. 

- Vale, ya está, volvemos. 

¿Ya? Demasiado fácil.

- ¿En serio?- dije perplejo.

- Sí- y acto seguido me besó- pero solo te pido una cosa, no le digas nada a nadie y menos a las tres que están en la habitación.

- De acuerdo, pero ¿por qué?

- Me han dicho que no volviese contigo, y si se enteraran de que hemos vuelto se enfadarían. 

Me quedé de piedra. ¿Mis dos mejores amigas y la mejor amiga de Drew no querían que volviera con ella? Qué extraño, no me lo esperaba. 

Volvimos con los demás y nos fuimos a comer. Estaba bastante disgustado así que no me despedí ni de Liv ni de Kim,  y todavía tenía que aguantar unas horas a Nat. Comimos un kebab. La comida fue rara, estábamos los cuatro tensos y no sabía por qué. Cuando por fin hubimos acabado, Ash y yo nos fuimos a entrenar y ellas dos se fueron a sus casas. 

Ash y yo jugamos a voleibol en el equipo de la escuela, junto a Joe y Ken, junto a otros compañeros de instituto y junto con mi mejor amigo de la infancia, Luke. Luke ha sido, es y siempre será mi mejor amigo, claro que he tenido más "mejores amigos", pero él nunca se alejará de mí. Él podría tener a todas las tías que quisiera, es un chico alto, rubio, de ojos azules y muy bueno en deportes, a Liv le pone mucho. Pero solo hay un problema: no habla con chicas.

El entreno se me pasó rápido. Supongo que por estar alegre jugué bastante bien. Al acabar, lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Drew.

- Hola amor- escribí.

Llegué a casa, me duché, cené y me fui a la cama. No tenía que preocuparme de hacer deberes porque estábamos en vacaciones de Semana Santa. Me acosté en la cama y recibí un mensaje. Encendí el móvil nervioso pensando que sería Drew. Pero no fue así. 

- Hola Mike, ¿cómo te ha ido con Drew?- leí bajo de letras: mensaje de Mejor Amiga.

- Pues para mí bien pero para ti no creo, porque he vuelto con ella- contesté lo más borde que pude. 

- ¿Qué te pasa? Estás muy cortante.

- ¿A mí? Nada, no estoy para nada enfadado porque le dijeras a Drew que no volviera conmigo- dije irónicamente. Nuestra relación de amistad era así, nos decíamos todo directamente, sin rodeos. 

- ¡¿Qué?! ¿Pero qué dices? ¿De dónde sacas eso?

- De Drew, me ha dicho que no queríais ninguna que volviésemos. 

- Eso es mentira- escribió- te juro que no es verdad.

No podía ser. Cuando Liv jura una cosa es totalmente cierta. "Entonces, ¿cuál es el motivo de no poder contarle a nadie que he vuelto con Drew?".

- Vaya... lo siento Liv por no creerte. Pero ¿por qué Drew me ha dicho eso?

- Pues para ocultar lo que de verdad tenía que decirte.

- ¿Qué tenía que decirme Liv?

- Eso es mejor que lo hables con ella.

Eso iba a hacer, dos días después tenía que hacer un trabajo en casa de Drew con ella y Kate. Allí aprovecharía para hablar con ella. Le pedí perdón otra vez a Liv , le di las buenas noches y me dispuse a dormir.

Ya llevaba media hora intentando dormir y cuando estaba a punto de conseguirlo noté la vibración de mi móvil. Lo encendí y miré el mensaje. Era de Drew.

-  Hola Mike. Creo que me he precipitado al volver contigo. Perdóname, pero lo mejor es que rompamos. Esa es mi elección.

Y otra noche sin dormir...



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