-Siempre fuiste tú- NNVAE ~memo x mel

Celos

Después de que Marifer entrara al salón,la tensión seguía flotando en el aire, pesada y palpable. Memo permaneció allí, parado frente a Mel, con las manos en los bolsillos, esperando que ella hablara, pero ella no lo hacía. El silencio era incómodo, y por más que Memo intentaba encontrar las palabras correctas, algo lo detenía.

Mel, a pesar de haber estado tan vulnerable hace unos momentos, se había cerrado nuevamente. No quería que Memo la viera tan débil, no quería que él pensara que estaba exagerando. Las palabras de Naomi seguían rondando su cabeza como una pesada nube, y lo que más le dolía era el hecho de que parecía que Memo no se daba cuenta de lo que ella sentía.

Aunque él estaba allí, mostrándole preocupación, ella no podía evitar sentirse herida. **¿Por qué no había hecho nada para defenderla?** Su mente giraba en torno a esas preguntas, y cada vez que trataba de mirarlo, más se enredaba en sus pensamientos.

"Mel..." dijo Memo, rompiendo el silencio, con un tono suave, como si no quisiera presionarla. "Sé que te molesta todo lo que pasó, pero... quiero que sepas que no tienes que cargar con todo esto sola. No... no te preocupes por lo que dijo Naomi, ni por lo que piensa."

Mel levantó la mirada, pero sus ojos no se encontraban con los de él. Se sentía agotada, como si hubiera luchado todo el día contra una corriente de pensamientos y emociones que no entendía. **¿De qué servía todo eso?** ¿Qué podía hacer con esos sentimientos que ni siquiera sabía cómo nombrar?

"Mel..." insistió Memo, acercándose un poco más, sin saber cómo hacerla reaccionar. "Por favor, dime algo. Sé que te molesta, pero... te estoy viendo así, y no quiero que pienses que estoy ignorando lo que sientes."

Pero Mel, con una calma que no le pertenecía en ese momento, dio un paso atrás, sin mirarlo, y se secó la cara con las manos. "No es nada, Memo," dijo finalmente, su voz temblando apenas. "No pasa nada. Ya está."

El tono cortante en sus palabras hizo que Memo sintiera un nudo en el estómago. Se quedó allí, mirándola en silencio, sin saber si lo que estaba haciendo era lo correcto. La desesperación de no saber cómo ayudarla lo estaba comiendo por dentro.

"Mel..." volvió a decir, ahora un poco más firme, "no tienes que fingir. Sé que no estás bien, y yo... yo quiero estar ahí para ti."

Mel respiró hondo, y por primera vez, lo miró directamente, pero sus ojos ya no tenían esa chispa de complicidad que solían compartir. "No, Memo. Lo siento, pero ahora no."

Sus palabras cayeron pesadas sobre el aire entre ellos. **¿Por qué?** Pensó Memo, mientras un sentimiento de frustración y confusión lo invadía. ¿Qué había hecho mal? No sabía cómo reaccionar ante la frialdad de Mel. Era como si todo lo que habían compartido se hubiera desvanecido en el instante en que Naomi apareció.

Marifer, que observaba desde la puerta del baño, se acercó sin decir nada más. Notaba que algo no estaba bien, pero tampoco quería interrumpir demasiado. "Mel, ¿quieres que te dejemos? O... ¿necesitas algo?"

Mel, sin decir palabra alguna, asintió con la cabeza, sin mirar a Memo ni a Marifer. Luego, se dio vuelta rápidamente y comenzó a caminar hacia la puerta, alejándose del baño con paso firme.

Memo, ahora totalmente desconcertado, no sabía si debía seguirla o quedarse allí. Lo único que sentía era un vacío creciente en su pecho. Mientras Mel se alejaba, él dio un paso hacia ella, pero se detuvo en seco. Algo le decía que no debía presionarla más.

"Mel..." murmuró, pero la voz se le quedó atascada en la garganta.

Marifer, al ver que Memo no decía nada más, suspiró y miró a Naomi, que seguía observando desde lejos, como si todo lo que estaba pasando no fuera con ella. "¿No ves que te estás metiendo en algo que no te incumbe?" le dijo Marifer, acercándose con tono directo y sin reservas. "Ya basta, Naomi. Nadie quiere escuchar tus bromas hoy."