Capítulo 23: Cannonball Fast

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Capítulo 23: Cannonball Fast
Lunes, después de clases. Me encontraba en la cancha de tenis con un humor sombrío.
La razón era que había sido puesta en marcha la Campaña de Préstamo del Ejecutivo Orimura
Ichika del Consejo Estudiantil.
“Haaa…”
Se había llevado a cabo un torneo de bingo en el que participaron todos los equipos. El que logró
el primer lugar fue el club de tenis.
Y la razón de mi humor deprimido era porque se estaba llevando a cabo el Torneo para Conseguir
el Derecho de los Masajes de Orimura Ichika en ambos lados del campo.
“¡Haaa!”
“¡No perderé!”
“¡El masaje que Cecilia tanto ha presumido, definitivamente lo ganaré!”
… ¿Cecilia, qué has hecho?
O más bien, que esa sea la razón por la que están tan motivadas es un poco incómodo.
“¡Yo iré!”
“… ¡Guh! ¡Qué pelota tan complicada!”
“¡Que regreso tan fácil!”
“¡Aah!”
Cecilia mostraba su seriedad irrazonable…
Bueno, es mejor esto a que siga deprimida, supongo. Parece ser que últimamente ha estado
entrenando por su cuenta hasta la hora límite. Si un masaje puede acabar con su fatiga, será un
pequeño precio qué pagar.
Después de eso, Cecilia avanzó rápidamente a las finales en donde obtuvo la victoria con un tiro
espléndido.
En cuanto a mí, me dedicaba a entregar toallas y bebidas a las chicas en el orden en el que eran
eliminadas.
“Buen trabajo, Cecilia. Ganaste de manera espléndida.”
“Ha, ha, ha…es algo natural…ha…”
“Toma una toalla y una bebida energética.”
“Uhmm, eh, Ichika-san…mis brazos se sienten como tubos de plomo…ha, ha, erm…me
preguntaba si podías limpiar mi cara por favor…”

“Muy bien, no hay problema.”
Ciertamente, ser la ganadora significó que tuvo que jugar más encuentros, así que no era
sorprendente que se sintiera tan cansada.
Hice lo que me dijo y procedí a limpiar el sudor de su rostro.
Mientras lo hacía, las chicas a nuestro alrededor gritaron al unísono.
“¡Aaaaaahh!”
“¿¡Cecilia, qué estás haciendo!?”
“¡Ya ganaste el torneo, esto no es justo! ¡No es justo!”
Un coro de abucheos emergió de todas las chicas del club de tenis al mismo tiempo.
Pero estábamos hablando de Cecilia, así que recibió todas las quejas de frente e incluso echó su
cabello hacia atrás orgullosamente.
“¡No es injusto! ¡Simplemente es el privilegio de la ganadora!”
Con la misma pose de siempre, se llevó una mano a la cintura emitiendo un aura aparentemente
destellante.
“¡Gunununu…!”
“¡Qué frustrante! ¡Perder contra alguien que se comporta como una princesa es tan frustrante!”
“¡Orimura-kun, si así son las cosas deberías ofrecer el mismo servicio a las demás también!”
“¿¡Qué!?”
¿¡Por qué mi nombre entró a la conversación tan repentinamente!?
“Así es… ¿Qué te parece limpiar la espalda de todas mientras nos cambiamos?”
“¡¡Ah, buena idea!!”
“Yo también estoy empapada de sudor, así que hazlo por favor.”
“¿¡No hay problema, verdad, Orimura-kun!?”
Al ser rodeado en un instante, no sabía cómo tratar con la multitud aproximándose.
“¡D-de ninguna manera estaría bien! En primer lugar, si hablamos del momento en el que se
cambien… su ropa interior…”
Sin querer me imaginé esa escena.
Las chicas del club de tenis en ropa interior. Entre ellas, yo caminando por ahí y limpiando sus
espaldas. No. ¡No podría hacerlo! ¡Definitivamente sería incapaz de hacerlo!
“¡E-ese tipo de servicio no está incluido!”
“¿¡¡Eeeeeeeeehhhh!!?”
Un abucheo más intenso que el recibido por Cecilia estalló.
“¿¡Pero no hay problema, cierto!?”

“¡Estamos usando sostenes deportivos, así que no es vergonzoso!”
A todas las chicas que se negaban a darse pro vencidas, les grité mientras formaba una X con
ambos brazos.
“¡De ninguna manera! ¡Definitivamente no!”
Y entonces más abucheos resonaron en la cancha de tenis detrás de la escuela.

Aah, el poder recibir nuevamente ese masaje…qué bendición.
Cecilia enjabonó intensamente su cuerpo, y después lavó la espuma mientras tarareaba.
Una vez después de las actividades del club y otra vez en su habitación, Cecilia se duchó.
El shiatsu lastima un poco, pero el masaje linfático después se siente irresistiblemente bien.
Recordando la sensación de relajación por toda la palma, Cecilia entrecerró los ojos como en
trance.
"~~♪~~♪"
Tarareaba una famosa canción clásica, las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Como se esperaría de
alguien capaz de tocar el piano y el violín, incluso mientras tarareaba, tanto en el ritmo como en el
tempo no se percibía ningún desorden.
Además la voz de Cecilia era encantadora, lo que hacía que los sonidos resonando en el cuarto de
baño parecieran musicales.
Después de esto, ahora que he limpiado mi cuerpo, usaré perfume de rosas.
A decir verdad, a Cecilia le hubiera gustado meterse a una tina con pétalos de rosa flotando en
ésta, pero al final abandonó esa idea.
Pero quería esforzarse en su aspecto para el chico con el que había perdido su corazón.
¿Q-qué hay de la ropa interior?
Cecilia titubeó al no saber si usar la lencería sexy que compró en su país natal o no.
Pero, lo que cruzó su mente fue su sirvienta y amiga de la infancia Chelsea y sus palabras:
“Señorita, creo que la ropa interior demasiado atrevida podrá tener el efecto contrario.”

Me pregunto si será verdad… Pero Chelsea no tiene novio, ¿cierto?
De alguna forma, sintió que la pícara sonrisa que se formó en su rostro le provocó algo de
confianza, y se sintió mucho más preocupada.
¿Q-qué tal si no uso ropa interior?

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