multum magna avis

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T/N mueve las muñecas, tratando de liberarse de las cuerdas que las atan a la silla, pero solo consigue cortarse la piel con el frágil material. La habitación está oscura, el aire huele a metal y humedad, típico de las ruinas industriales de Zaun. Al principio, la confusión domina su mente, pero pronto se da cuenta de su situación. Está secuestrada.

Cuando escucha la voz de Sevika, la joven se queda quieta, frunciendo el ceño. La morena emerge de las sombras, una figura imponente que exhala una nube de humo del cigarro que tiene entre los labios.

—No podremos cobrar tu recompensa si no estás intacta, pajarito.

T/N levanta la cabeza, intentando no dejar que el miedo se apodere de ella.

—¿Qué buscan? —exige, su voz firme, pero el terror es evidente en sus ojos.

Sevika sonríe, un brillo calculador en su mirada.

—Dinero, ¿qué más? —responde, dando un paso hacia adelante, el sonido de sus botas resonando en la fría habitación. —Tu padre tiene una buena recompensa, y nosotros... necesitamos un poco de estabilidad.

T/N aprieta los dientes, pero no se deja intimidar. Sabía que su familia tenía enemigos, pero no esperaba que fueran tan audaces.

—¿Creen que van a salir impunes de esto? Mi padre tiene contactos, moverán el mundo para encontrarme.

Sevika suelta una risa baja, casi burlona.

—Eso, pajarito, es lo que vamos a averiguar. Y mientras tanto, te sugiero que te tomes un descanso. No conviene que te lastimes antes de que alguien pague por ti.

T/N mira las cuerdas, intentando calcular sus posibilidades.

—No tengo miedo de ustedes.

—Ah, pero ya estás asustada, lo que pasa es que aún no lo sabes. —Sevika se acerca un poco más, inclinándose hacia ella, el cigarro todavía entre sus dedos. —Lo mejor será que no me hagas perder el tiempo. No soy buena persona, y no me gustan las personas que no cumplen con su parte.

El tono de Sevika es frío, directo, pero hay algo más en su mirada, algo que hace que T/N sienta que no todo está tan claro como parece.

T/N suelta una risa, la desorientación de antes se convierte en diversión irónica.

—Lamento decepcionarte, Zaunita, pero mi padre no tiene dinero... parece que eligieron a la única persona en Piltover sin capital.

Sevika se detiene por un momento, su expresión se endurece, pero pronto la risa burlesca regresa a su rostro. Cree que T/N solo está intentando zafarse.

—Eres T/N Vaukeiver, ¿no? Tu padre es Allister Vaukeiver, el banquero de Piltover... Claro que debes dinero, niña tonta. —Sevika expulsa una bocanada de humo hacia el rostro de T/N, quien no puede evitar toser violentamente al inhalarlo.

T/N, apenas recuperándose, suelta una risa amarga, tosiendo un par de veces más antes de hablar.

—Lo único que mi padre tiene son deudas. Te aseguro que hay más riqueza en Zaun que en las cuentas de mi padre.

Sevika la observa por un momento, la incredulidad es evidente en su mirada. Se acerca un paso más, su tono más serio.

—¿Deudas? —pregunta, entrecerrando los ojos—. ¿Qué clase de juego estás jugando, Vaukeiver?

T/N levanta la barbilla, su mirada desafiante.

—El mismo que ustedes, tratando de cobrar por algo que no existe. Mi padre está hundido en el fango, no tiene ni para pagar su propio funeral.

Cor Ferreum| Sevika y lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora