ONE-SHOOTS/KIVI

Secret love

Chiara y Violeta se conocieron un martes.
Para la pelirroja era ya algo usual acudir a la biblioteca para preparar los exámenes de su penúltimo curso en el instituto. Por otro lado, la chica de ojos verdes era una de las primeras veces que iba. No sacaba malas notas ni mucho menos pero solía concentrarse mejor en su cuarto. Había acudido al lugar por recomendación de su madre, que pensaba que su hermano pequeño podía llegar a ser un estorbo para la chica.

Al llegar no se sorprendió de ver el lugar a rebosar pues era época de exámenes finales y probablemente muchas de aquellas personas estarían estudiando para la tan temida selectividad.                                                                                                                                                            Buscó con la mirada algún sitio libre y vio que al lada de una chica pelirroja no había nadie sentado, aunque la mesa estaba llena de libros y carpetas. Decidió que le preguntaría si estaba libre para ver si podía ocupar el lugar.

-Perdona. -susurró tocando el hombro de la chica para llamar su atención.

-Dime. -respondió la otra chica también susurrando.

-¿Hay alguien aquí? -preguntó la pelinegra señalando el lugar.

-Oh, no, no perdona, ahora te quito todo esto.

-Vale, muchas gracias. -agradeció.

El tiempo continuó y ambas estudiantes siguieron inmersas en sus apuntes, las dos eran muy aplicadas aunque, lo cierto es que Chiara era de esas estudiantes que lo dejaban todo para el último momento, mientras que Violeta tenía organizada hasta la última palabra que debía estudiarse. Siendo las dos muy inteligentes pocas veces encontraban dificultades en alguna asignatura, pero había una que a veces se le resistía a la pelirroja.

El inglés.

No se le daba muy mal tampoco o sacaba malas notas, pero la chica era muy exigente con sigo misma y le molestaban las pocas veces que algún examen de esa asignatura le salía regular, es decir, menos de un excelente.                                                                                                                            Por ello, la última hora que le quedaba antes de que la biblioteca cerrara decidió dedicarla íntegramente a hacer ejercicios de inglés. Todo esto sin darse cuenta de que desde la mesa de al lado había una chica de ojos verdes que observaba su frustración ante los ejercicios.

-Eso está mal.

-¿Perdona? -preguntó la chica quitándose los cascos al ver que la pelinegra le había hablado.

-Esa frase, que la tienes mal. -reiteró, señalando el apartado en la libreta de la chica. -Ahí tienes que utilizar el pasado.

-Oh. -dijo la pelirroja al ver que la corrección estaba bien. -Tienes razón, muchas gracias. -agradeció, había sido un poco raro pero era cierto que le agradecía a la chica por su amabilidad.

-No es nada, ¿necesitas ayuda? -le preguntó.

El ofrecimiento tomo por sorpresa a Violeta, desde luego que era lo último que se esperaba que ocurriera en una de sus tardes de estudio, pero la sonrisa afable de la chica y la amabilidad que desprendían sus preciosos ojos verdes la hizo ver que no había ni un ápice de maldad en sus palabras.

-¿No estás ocupada? -quiso asegurarse.

-Solo iba a repasar un poco más, pero no me importa ayudarte, si lo necesitas claro.

-No me vendría mal la verdad. Inglés no es mi fuerte. -confesó la pelirroja -¿Pero seguro que puedes?

-Seguro, no te preocupes.