Yo te ayudare sol mio

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Llegando del doctor, este les había recomendado pastillas, métodos para evitar que la tos incrementara y limitaciones para que salga de la casa, la pequeña se encontraba exhausta más su padre no podía estar más que preocupado, sin dinero para las medicinas se quedaba sin opciones.

Mabe mirándolo tristemente le ofrecía consuelo en un abrazo, teniéndolo ahí le daba pequeñas palmadas en su espalda, manteniendo la distancia Yorichi observaba a la pequeña con tristeza, era débil al igual que su madre y eso le traía amargos recuerdos.

Acariciando la frente de la pequeña se dirigió a Sumiyoshi -Se que apenas nos hemos dado el tiempo de conocernos, pero quiero ayudarte con los gastos de la pequeña-. Decía Yorichi observando decidido a Sumiyoshi.

Este sin poder contener su emoción, se acercó para abrazarlo sin poder contener sus lágrimas de agradecimiento -Muchas gracias señor Yorichi-. Dijo entre lágrimas.

Yorichi acariciando sus mejillas, retiraba las lágrimas en estas y lo miraba apreciando su belleza y débil corazón.

•Después de unas horas•
El estado de la pequeña estaba más estable y podía dormir con mayor tranquilidad, Mabe quien la estaba cuidando junto a Sumiyoshi y Yorichi ya se tenía que retirar al pueblo a vender sus hierbas medicinales, además de comprarle demasiado carbon a Sumiyoshi.

-Intenta ir mañana o pasado mañana al pueblo, e escuchando que algunos vecinos necesitan carbon, podrías hacer de eso a tu favor-. Dijo antes de voltear la vista donde estaba descansando la pequeña.

-Si necesitas Sumi no dudes en decirlo, estaré dispuesta a ayudar junto con la gente del pueblo, eres alguien muy importante para nosotros así que nos preocupamos por ti y por tu hija, no estás solo-. Dijo Mabe apretando ambas manos de Sumiyoshi para darle apoyo emocional.

Sumiyoshi asintió con una leve sonrisa.

Mientras ambos hombres se despedían de la chica se voltearon a ver de reojo, cada uno con diferentes intenciones y sentimientos en su corazón.

Yorichi le acarició la cabeza a Sumiyoshi lo cual lo sorprendió demasiado.

-Estará todo bien-. Dijo el chico de aretes hanafuda, Sumiyoshi sintió como su corazón se calmaba de todas las tempestades que habían invadido su corazón, sintiéndose más tranquilo y aliviado.

-Muchas gracias señor Yorichi-. Dijo Sumiyoshi con una sonrisa alegre.

En su mente Yorichi apreciaba la pureza y amabilidad de Sumiyoshi además de su tono tan tierno al hablar -no hay de que-. Dijo apreciando su rostro.

-( Yo te ayudaré sol mio)-. Pensó Yorichi mientras caminaba junto a Sumiyoshi hacia sus cuartos.

Muchas gracias por tenerme paciencia y por haberse tomado el tiempo de leer esta historia, Jajaja, espero y les siga gustando las demás partes

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Muchas gracias por tenerme paciencia y por haberse tomado el tiempo de leer esta historia, Jajaja, espero y les siga gustando las demás partes. Chao (=^=^=)

Un nuevo comienzo para  dos soles dañados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora