Capítulo 1: Cuando te conocí

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"Entre un choque de miradas una sonrisa es el mejor accidente"
-Anónimo.

¿Qué harían si llegan tarde al evento en el que va a estar su artista favorito? No se ustedes pero yo quiero matarme ¿cuándo va a ser el maldito día que no lo haga cuando tengo que ir a un lugar importante? Creo que nunca. Casi me caigo de culo por haber intentado levantarme sin pensar, trato de recuperar el equilibrio, me cambio como puedo, sujeto mi mochila con mis cosas y bajo por las escaleras. Mi hermano está preparando el desayuno.

---Llegas tarde -esboza una sonrisa.

---Lo sé, lo he notado ---Agarro como puedo una tostada y salgo corriendo.

---¡Suerte, nena! ---Exclama mientras me alejo.

---Gracias! ---digo masticando.

Le sostengo la puerta a una señora con bastón y con una amable sonrisa me agradece sin decir nada. Entre lo que corrí y lo nerviosa que estoy me quedo sin aire. Me agito, inhalo y exhalo un par de veces para controlar mi respiración y los pálpitos de mi corazón. Permanezco inmovil cuando mis oídos captan el sonido de su voz, está arriba de un mini escenario mostrando y hablando de su pintura. Está rodeado de personas y yo trato de hacerme espacio entre ellas para llegar primera y poder verlo mejor. Su arte me ayuda a inspirarme y estoy fascinada. Viste un traje completamente negro el cual se le ajusta bastante, haciendo que se le marquen los bíceps. El traje hace juego con su cabello negro y resalta el verde de sus ojos.

---Molte grazie ---pronuncia mientras mueve sus manos hacia el público y todos aplauden. ¿Qué? ¿Ya terminó? ¿En qué momento?

Y si te levantaste a las 11 ¿qué esperabas?

No sé, pero definitivamente esto no.

Comienzo a moverme entre la gente para localizarlo, pero no está, lo he perdido de vista. No lo puedo creer, ¿lo perdí todo?, ¿en serio? No he anotado nada, no pude hacer preguntas, tampoco pude sacarle una misera foto a nada, no logré prestar atención. Viene aquí, donde me resulta fácil venir a verlo y ¿qué hago? Me quedo dormida, y es que ¿cómo no sonó la alarma? No tendré otra oportunidad de verlo en tal vez ¿5 años? No puede ser, me voy a matar, qué tarada, qué estúpida, la más estúpida. Agarro mi mochila con más fuerza de la que debería y camino hacia el baño, siento el nudo en la garganta, se me comienza a dificultar respirar, tengo muchas ganas de llorar, es increíble que me haya quedado dormida, ¡Dios! Respiro profundo mirándome al espejo tratando de calmarme. Me tiro agua en el rostro.

---No pasa nada, calmate -me reconforto a mí misma mirándome al espejo. Suspiro y salgo del baño. Comienzo a buscar en mi mochila los lentes.

---¿Dónde los dejé? -revuelvo todo en mi cartera hasta que siento la textura-. Aquí están.

De golpe me encuentro en el suelo con mis cosas desparramadas por todos lados y siento una abrupta tensión en el estomago, alguien acaba de empujarme.

---Mierda ---enseguida me estiro a recoger todo, ni me molesto en mirar quién fue, porque si lo hago, explotaré en su cara y no quiero más problemas. La persona al lado mío trata de sujetarme así qué quitó bruscamente mi brazo.

---Mi dispiace, signorina.

---Mis disculpas, señorita

De repente me quedo en blanco. Esa voz, está hablando italiano, ¿acaso....?

---Lei sta bene?

---¿Se encuentra bien?

La misma mano que trató de tocarme antes vuelve a hacerlo y esta vez la acepto temiendo encontrarme a la persona que creo que me encontraré. Subo mi mirada como si frente mío estuviera la mismísima muerte y antes de poder procesar algún pensamiento soy interrumpida.

En mil pedazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora