Los Ojos De Un Fantasma - Ghost X Tú

Capítulo 5

El Capitán Price presiona el botón de su radio y su voz firme resuena a través de los pasillos de la fábrica abandonada:

—Aquí Price. El Alacrán ya está neutralizado. Todo el equipo, reúnanse en la sala de ensamblaje, al lado del cuarto de calderas. Si encuentran resistencia, elimínenla sin dudar. Cambio y fuera.

El eco de sus palabras se disuelve entre las paredes oxidadas, mientras él, junto a mí, mantenemos vigilado al Alacrán. Tras un par de minutos, uno a uno, los miembros de la Fuerza Operativa 141 y los aliados llegan. Ghost entra primero, con su paso sigiloso, seguido de Soap, Alejandro, Gaz, y Rodolfo. Las botas de todos resuenan en el piso de concreto, llenando la sala de ensamblaje.

El Alacrán, atado de pies y manos a una silla de metal oxidada, lanza miradas nerviosas a cada uno, consciente de su situación. Yo me paro firme frente a él, con los brazos cruzados, sintiendo la presencia de todo el equipo a mi alrededor, el calor de sus miradas.

Ghost se adelanta, mirando al Alacrán con desdén antes de volver su rostro enmascarado hacia el Capitán.

—¿Cómo lo capturaron tan rápido, Cap? —pregunta, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de curiosidad y sorpresa.

Price se cruza de brazos y, con una sonrisa orgullosa, me da unos golpecitos suaves en la espalda.
—Todo gracias a Widow aquí. Se encargó de la mayoría de los enemigos... incluso me impresionó a mí.

Siento el calor de su mano y no puedo evitar sonreír levemente ante el tono de orgullo en su voz. Alejandro se acerca un par de pasos, mirándome con esa expresión que mezcla admiración y un toque de picardía.
—Ya sabía que eras buena, pero esto... ¡no esperaba menos de ti! —exclama con un guiño—. Aunque te veas tan inocente... eres una chingona, chula.

Una risa suave se escapa de mis labios, y antes de poder responder, Soap interviene, acercándose con una sonrisa juguetona.

—No sé cómo lo haces. Eres mitad sombra, mitad tornado. ¡Llegas y dejas un caos a tu paso! Buen trabajo, de verdad. —Me lanza una mirada cómplice, como si hubiera visto algo nuevo en mí durante la misión.

Gaz, con su postura relajada, cruza los brazos y asiente, su expresión mostrando sincero aprecio.
—No es fácil sorprender al Capitán, ni a nosotros. Pero hoy lo hiciste, y con estilo. Bien hecho, Widow. Deberíamos aprender algunas de tus técnicas.

Miro a cada uno de ellos, sintiendo cómo la tensión de la misión comienza a desvanecerse, reemplazada por un sentimiento de camaradería. Aunque mantengo mi expresión tranquila, por dentro el orgullo y la satisfacción calientan mi pecho. Miro al Alacrán, aún atado, y siento que no hay mejor lugar donde podría estar en este momento, rodeada de este equipo que, poco a poco, empieza a aceptarme.

La luz parpadeante y el eco de las gotas de agua cayendo desde las tuberías rotas llenan el silencio de la sala de ensamblaje. El Alacrán, atado a la silla de metal, intenta mantener una actitud desafiante, aunque sus manos tiemblan apenas. El Capitán Price avanza lentamente, la suela de sus botas resonando sobre el suelo de concreto, y se detiene frente a él, sacando una foto de su bolsillo. Sin decir nada al principio, se la planta

directamente en el rostro.

—¿Dónde está este maldito? —pregunta Price, su voz cortante como una navaja, sin espacio para juegos.

El Alacrán observa la fotografía durante un largo momento, reconociendo el rostro en la imagen. Alza una ceja y, con una sonrisa retorcida, suelta una carcajada áspera.

—Vaya, vaya... así que eso es lo que buscan. Deja que la risa se apague un poco antes de mirarlo directamente a los ojos. Ustedes no tienen ni puta idea de con quién se están metiendo, ¿verdad? Piensan que pueden venir aquí, jugar a ser los héroes, y que todo saldrá como en sus películas gringas.