Capítulo 4

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Capítulo 4 🔞

Un grito se escuchó a lo lejos, era de madrugada y la luz de la ciudad alumbraba muy levemente, Ciel despertó del sueño, durmiendo por si solo por primera vez en demasiados años, se sentó en la cama mirando a su alrededor, por unos segundos no supo dónde estaba, un tanto aturdido, hasta que lo recordó todo.

—Sebastián.
susurró, a los pocos segundos, la puerta se abrió, dejando paso a un hombre alto de ojos carmesí, pero con su rostro más serio de lo normal.

— ¿Qué sucede? —. Preguntó el menor un tanto preocupado.

— Mmm un señor acaba de morir por causas naturales y la mucama lo acaba de encontrar, eso es todo, no se alarme. —. Musitó con calma, regalandole está vez una sonrisa amable.

— Entonces, ¿por qué tienes esa cara? Te conozco, algo malo, no, algo molesto te ocurrió.

— fu fu veo que mi bocchan también aprendió a conocerme, un poco.  —. El demonio mayor se acercó a un sillón que estaba cerca de la cama y se sentó con cansancio, para mirar a su amo resignado.
—tiene razón —. Suspiro pesadamente. —Algo molesto acaba de ocurrir.

Ciel se levantó de la cama, dejando caer lentamente la suave sábana, acariciando por un segundo su blanca piel, comenzando a acercarse lentamente al mayor, perezoso.

— El hombre que murió lo vino a recolectar cierto shinigami rojo que había olvidado.

Se tapó su cara con una mano, acariciando el puente de su nariz en un gesto molesto.

— y... ¿te vio?
Preguntó el menor en un susurro, mientras lentamente recorría el sillón con su delicada mano hasta llegar a la espalda del mayor.
— Lamentablemente si, que molesto...

— ¿Cuál es el problema?, bueno, entiendo el acoso constante de ese tipo, pero...

Susurró de nuevo el menor, mientras abrazaba por el cuello al otro sorprendiéndolo, mas no hizo nada para detenerlo.

— Bueno, deseaba que siguiera sin saber dónde encontrarme...
El demonio mayor, noto claramente el aura demoníaca de su amo, aquel pequeño malcriado, tenía hambre.
— Bocchan...
Inclinó ladinamente su cabeza, mirando hacia el lado donde se encontraba el menor, susurró con una leve sonrisa divertida, mientras tomaba las manos que lo abrazaban.
— Acaso, ¿tiene hambre? ~

El más pequeño no respondió, pero si escondió su rostro en el cuello del mayordomo, el cual rio al sentir una leve mordida suave.
— Bocchan, con lo que me acaba de ocurrir no tengo ganas de darle de comer.
Musito con fingido cansancio, para molestarle.
— a no ser, claro, que me motives a hacerlo ~
Bromeó el mayor, pero se sorprendió al ver que su amo se subía sobre su regazo, sentándose con sus piernas abiertas.

— ¿Bocchan, tanta es el hambre que tiene?.
Miró sus ojos, los cuales estaban inundados por el carmín y sus finas pupilas lo miraban con hambre, deseo, y lujuria, Sebastián sonrió, ahora comprendió porque su amo se comportaba así, estaba pasando las etapas de semi demonio a demonio completo, para que su amo pudiera ser un demonio derecho, tenía que pasar por diferentes cambios en sus gustos, cuerpo y actitud, el hambre por ejemplo, el deseo, la lujuria, etc. todo lo que el infierno posee, para ponerlo más simple, podría ser semejante a lo que los humanos llaman "adolescencia", pero cien veces más horrible.

Llevó sus manos hacia el trasero del menor, acercando el pequeño cuerpo hacia el suyo, apretando aquella carne tan blanda de sus glúteos, sintiendo un leve jadeo de parte de su amo, un sonidito que hizo tragar en seco al mayor, jamás lo había oído así, tan cargado en lujuria y confusión.

El mundo has de reinar ~ Apocalipsis ~ 2024 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora