Un día, después de un entrenamiento particularmente agotador, Gavi decidió que necesitaba aclarar sus pensamientos. Decidió dar un paseo por la playa cercana al estadio. El aire salado y el sonido de las olas siempre le habían ayudado a pensar con más claridad.
Mientras caminaba, sus pensamientos volvían una y otra vez a la misma encrucijada: sus sentimientos por Pedri y su relación con Ana. No quería lastimar a Ana, pero tampoco podía seguir ignorando lo que sentía. Pero sobre todo, temía perder a Pedri, su mejor amigo, si las cosas se complicaban.
Sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Pedri lo había seguido hasta que escuchó su voz.
—¿Me estabas evitando, Gavi? —preguntó Pedri con una sonrisa, aunque su tono tenía un matiz de preocupación.
Gavi se sobresaltó y se giró para verlo.
—No, no... Solo necesitaba un poco de aire fresco.
Pedri se acercó y caminó junto a él en silencio durante unos minutos. Finalmente, fue Pedri quien rompió el silencio.
—Gavi, somos amigos desde hace mucho tiempo. Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?
Gavi asintió, sintiendo un nudo en el estómago. Quería hablar, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta.
—Es complicado, Pedri. Ni siquiera sé cómo empezar —dijo finalmente, mirando las olas romper contra la orilla.
Pedri esperó pacientemente, dándole espacio para encontrar las palabras.
—Siento que algo cambió entre nosotros después de aquel partido —continuó Gavi—. No sé cómo explicarlo, pero desde entonces, me he sentido diferente.
Pedri lo miró, sus ojos llenos de comprensión.
—Lo he notado. Pero no tienes que explicarlo todo ahora, si no estás listo. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que pase.
Gavi se sintió abrumado por la sinceridad y el apoyo de Pedri. Se dio cuenta de que no necesitaba resolver todo de inmediato. A veces, el simple hecho de hablar y compartir sus sentimientos era suficiente para aliviar parte de la carga.
—Gracias, Pedri. Realmente lo aprecio —dijo Gavi, sintiendo un poco de alivio.
Caminaron en silencio por un rato más, disfrutando de la compañía del otro y del paisaje sereno. Aunque Gavi no tenía todas las respuestas, sentía que había dado un paso importante al abrirse con Pedri. Sabía que, con el tiempo, encontraría una manera de entender y aceptar lo que sentía, sin necesidad de apresurarse o tomar decisiones precipitadas.
Esa noche, Gavi llegó a casa sintiéndose un poco más ligero. Ana lo recibió con una sonrisa, como siempre, y él le devolvió el gesto con más sinceridad que en las semanas anteriores.
—¿Te sientes mejor? —preguntó ella, notando el cambio en su actitud.
Gavi asintió y se acercó para abrazarla.
—Sí, necesitaba hablar con un amigo, eso es todo.
Ana lo miró con cariño y le dio un beso en la mejilla.
—Me alegra verte más relajado. Sabes que estoy aquí para ti, siempre.
Gavi sonrió, agradecido por su apoyo incondicional. Aunque todavía tenía mucho que resolver internamente, sabía que no estaba solo en este viaje. Con el tiempo, aprendería a equilibrar sus sentimientos y encontrar paz consigo mismo. Y con Ana y Pedri a su lado, confiaba en que todo saldría bien, de una forma u otra.
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Hug(gadri)
RomanceUn abrazo que cambio toda su percepción del mundo, Gavi es un jugador del Barça que desde antes de ese abrazo está feliz con su pareja ana, era amigo de casi todos y tenía a su mejor amigo pedri el autor del abrazo.