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Al día siguiente, Buster se encontraba agotado. Apenas había podido dormir, y no era para menos: ¿quién podría descansar en paz cuando un brujo atractivo, al que supuestamente debía matar, lo observaba y le acariciaba el pelo toda la noche?

Fang estaba explicando cosas sobre brujería cuando notó que Buster cabeceaba de sueño. Sin pensarlo, se sentó junto a él, rodeándole el cuello con un brazo y atrayéndolo hacia su pecho. Mientras lo mantenía cerca, empezó a acariciarle el cabello.

-¿Tienes sueño? Te acabas de despertar-
preguntó Fang con una sonrisa divertida.

-¿De verdad crees que puedo dormir cuando me estuviste vigilando toda la noche?- respondió Buster, molesto.

-Solo estaba admirando tu hermoso rostro- dijo Fang, riéndose.

Buster suspiró profundamente, preguntándose qué había hecho en su vida pasada para merecer aquello.

-¿Qué infidelidad de mi padre estaré pagando? -murmuró en voz baja, lo suficiente para que Fang no lo escuchara.

Tras unos momentos en silencio, Fang cambió el tono de la conversación.

-¿Sabes, Buster? Mi madre no lanzó esa maldición por venganza.

-¿De qué hablas? - preguntó Buster, confundido.

-La reina originalmente no iba a desterrar a mi madre. Planeaba quemarla en una hoguera. Pero mi madre, al enterarse de que estaba embarazada de mí, huyó al bosque para protegernos. La maldición no fue para hacer daño, sino para que nadie pudiera entrar al bosque y lastimarnos. Lo hizo por mí.

Fang continuó acariciando el cabello de Buster mientras hablaba, pero el caballero estaba perplejo. Todo lo que había creído sobre la reina Mandy parecía derrumbarse.

-Pero no entiendo... ¿Por qué la reina quería matar a tu madre? - preguntó Buster finalmente.

-Porque le tenía miedo. Pensaba que mi madre estaba loca y que terminaría matando a todo el pueblo, incluyéndola. Pero no era así. Mi madre usaba la magia para ayudar, creando pócimas para curar enfermedades. Pero todo eso era nuevo, y la reina no pudo entenderlo. Decidió que lo más sencillo era matarla en lugar de aceptar lo desconocido.

Buster permaneció en silencio, reflexionando. Para Fang, aquello era algo ya casi normal, pero para Buster era como si alguien le hubiera dicho que su madre era una criminal. Él tenía un gran aprecio por la reina Mandy, y esta revelación lo golpeaba profundamente.

-Si el bosque está maldito para que los caballeros no entren, ¿por qué logré llegar con tanta facilidad? - preguntó de repente.

Fang rio, señalando las heridas de Buster.

-No diría que fue tan fácil... Pero tienes razón, hay dos razones para eso. La primera es que yo te salvé. Cuando te encontré, estabas a punto de morir, así que te traje aquí y curé tus heridas.

-¿Por qué me salvaste? - preguntó Buster, mirándolo fijamente.

-Me pareciste lindo y, bueno... quería un poco de compañía.

Buster se sonrojó ligeramente, pero continuó:

-¿Y la segunda?

-Como te dije, una maldición no desaparece cuando quien la lanza muere, pero sí se debilita con el tiempo. En unos años, el bosque no será tan difícil de atravesar, y cuando eso pase, quedaré expuesto.

Buster quedó pensativo. La conversación había traído tanta información que se sentía abrumado.

-¿Quieres descansar? Sé que toda esta información puede agotarte -dijo Fang con tono tranquilo.

-¿Me vas a dejar dormir en paz sin vigilarme? -preguntó Buster con sarcasmo.

-Está bien, ya no te vigilaré, ¿de acuerdo? -respondió Fang burlonamente mientras se levantaba.

-Me iré. Descansa... pero recuerda, luego estaré contigo, sin importar qué.

Fang salió de la habitación, dejándolo solo. Por primera vez desde que había llegado a la cabaña, Buster pudo dormir en paz.

ˏˋ°•*⁀➷

Buster se despertó de golpe, sudando y respirando rápido. Había tenido una pesadilla en la que la reina Mandy lo desterraba del Reino por haber fallado su misión. Peor aún, el hecho de haberse encariñado con Fang era la razón principal de su castigo.

Fang llegó rápidamente, alarmado al verlo en ese estado. Sin decir nada, comenzó a limpiarle el sudor con la mano.

-¿Qué pasa? - preguntó Fang preocupado.

Pero Buster apartó su mano agresivamente, con una expresión de disgusto en el rostro. Se levantó y salió al patio de la cabaña, un lugar tranquilo donde podía estar sin preocuparse por las criaturas gigantes del bosque. Fang lo siguió, intrigado y herido por su reacción.

-¿Por qué hiciste eso, Buster? preguntó Fang con un tono triste.

-¿Puedes dejarme en paz? -respondió Buster sin mirarlo.

-¿Qué tienes? ¿Por qué me tratas así? ¿Qué te hice?

-¡Deja de tratarme como si fuéramos amigos! ¡Soy tu enemigo, se supone que debo matarte! ¡Déjame en paz!

Fang lo miró con tristeza. Aunque sabía que Buster era su enemigo, siempre había creído que había una conexión entre ellos. Ahora dudaba.

-¿No te caigo bien? -preguntó con voz apagada.

-¿A quién le caería bien un maldito brujo? Ustedes solo traen mala suerte respondió Buster sin pensar.

Fang no dijo nada. Sus palabras lo lastimaron profundamente. Sin decir más, se dio la vuelta y regresó a su habitación. Se sentó en la cama, sintiéndose más solo que nunca.

"Tal vez nadie pueda amarme. Tal vez siempre estaré solo", pensó Fang mientras trataba de dormir. A pesar de todo, se prometió a sí mismo que intentaría llevarse bien con Buster al día siguiente, aunque su corazón estuviera lleno de inseguridad.

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Hola 🥺 les prometo que solo es una mini pelea de novios

Tranquilo papito ya va a pasar

El caballero y el brujo ᰔbustangᰔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora