𝑩𝑹𝑶𝑲𝑬𝑵| " Cuando se acaba la confianza, se acaba todo, Kaan "
( ᴋᴀʀᴅᴇsʟᴇʀɪᴍ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ )
𝑫𝑶𝑵𝑫𝑬 Ayla juntos a sus hermanos gemelos
entran a una nueva escuela después de la muerte
de sus padres, así mismo durante el...
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Doruk nos había traído a casa en su vehículo. Mientras avanzábamos en silencio, mis pensamientos no dejaban de dar vueltas. Todo lo que habíamos vivido desde que llegamos hasta aquí… Pensar en los días sin comida, en la lucha por proteger a Emel y Ömer, y en todo lo que Asiye y yo estábamos dispuestas a hacer para mantenernos juntos. Era demasiado. Sabía que si fuera necesario, lo haríamos todo de nuevo, pero eso no lo hacía menos agotador.
Doruk estaciona fuera de casa. Emel baja primero, bajé después de ella. Apenas mis pies tocaron el suelo, Ömer se colocó a mi lado y tomó mi mano con suavidad. Su gesto siempre me transmitía una mezcla de calidez y preocupación.
—¿Ya te sientes mejor? —le pregunta Doruk a Asiye, mirándola de reojo.
—Estoy bien, muchas gracias por todo. Hiciste mucho por mí y Ayla —responde Asiye con una pequeña sonrisa.
—No es nada, Asiye. No digas tonterías —habla Doruk con seriedad. Noté cómo la miraba, como si quisiera asegurarse de que ella siempre estuviera bien. Bajé la mirada hacia Ömer, quien parecía perdido en sus pensamientos, con la vista clavada en el suelo.
Cuando volví a levantar la vista, Doruk nos observaba a las tres.
—Cuando ustedes me necesiten, aquí voy a estar. Lo prometo —dice, con firmeza en su voz.
Ömer asiente apenas.
—Gracias, Doruk. Muchas gracias —respondí, intentando sonreír aunque me sentía débil.
—Te lo agradezco —dice también Asiye, con un tono más cálido que el mío.
Doruk baja la mirada hacia Emel, que se mantenía aferrada a mi lado.
—Adiós, pequeña princesa.
—Nos vemos, Doruk —responde Emel, agitando su manito con una sonrisa. Doruk le devolvió el gesto, sonriéndole.
—Nos vemos —agrega Asiye mientras empezaba a caminar hacia la casa.
—Nos vemos— se despide también de Asiye.
—Que estés bien, Doruk —digo por último, girándome para seguir a mis hermanas.
—Cuídate, Ayla —responde él antes de entrar a su auto.
Avanzamos unos pasos hacia la puerta, pero Asiye se detuvo, se gira hacia Ömer.
—¿Se pelearon? —le pregunta, con el ceño ligeramente fruncido.
—No —niega nuestro hermano, rápidamente.
—Mhm… ¿estás seguro? —pregunté yo, notando la tensión en su rostro. Algo no estaba bien, pero Ömer siempre era de los que preferían callar sus problemas antes que preocuparnos.
—Parecías que no estabas bien —insiste Asiye, mirándolo con atención.
—Claro que no. Ya entren, voy a buscar algo de comer —dice él, esquivando nuestras miradas.