𝑩𝑹𝑶𝑲𝑬𝑵| " Cuando se acaba la confianza, se acaba todo, Kaan "
( ᴋᴀʀᴅᴇsʟᴇʀɪᴍ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ )
𝑫𝑶𝑵𝑫𝑬 Ayla juntos a sus hermanos gemelos
entran a una nueva escuela después de la muerte
de sus padres, así mismo durante el...
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₊⊹❀⊹₊
Asiye estaba sentada en mi cama con una manta sobre las piernas, hojeando uno de sus cuadernos de la escuela estudiando, y Emel jugaba en los pies de la cama con unas muñecas que le había regalado Ömer hace unas semanas.
Yo me encontraba en la pequeña cocina, preparando un té caliente para nosotras. Cuando terminé, caminé, entregándole una a Asiye y otra a mí misma. Me acomodé a su lado, cubriéndome también con una manta.
—Bueno… —pregunté con una sonrisa, girándome hacia mi trilliza — ¿Cómo les fue hoy en los bolos? Me quedé con la duda.
Asiye bufa mientras bebía un sorbo de su taza.
—Perdimos. Y encima Ömer hizo una apuesta con Tolga… y como perdió, tuvo que pagar toda la cena para el equipo completo —responde haciendo una mueca.
Abrí los ojos sorprendida.
—¿Toda la cena? ¿De dónde sacó tanto dinero Ömer?
Asiye encoge los hombros, igual de confundida que yo.
—Supongo que del trabajo. Recuerda que dijo que ahora estaba ganando bien… aunque no me comento nada mas.
Me quedé pensativa. Algo no terminaba de encajar. No es que no confiara en Ömer, pero últimamente todo lo que giraba en torno a su nuevo empleo era un poco vago. Nunca hablaba demasiado del lugar, ni de qué hacía específicamente. Sabía que era repartidor en supermercado, pero la pregunta era cómo es que le pagaban tanto dinero.
¿De dónde sacaría tanto dinero como para pagar una cena entera?
—Ayla —me interrumpió de repente la vocecita de Emel, quien me observaba con una sonrisa llena de ilusión—al fin Ömer tiene un buen trabajo, ¿verdad? ¿Tú crees que ahora sí podamos tener una casa de verdad?
Su comentario me partió el alma. Me acerqué un poco, acariciándole el cabello con dulzura.
—Claro que sí, mi amor —le sonreí—. Pero esta también es una casa de verdad, ¿sabes? No importa lo pequeña que sea, mientras estemos juntas, siempre será nuestro hogar.
Emel asintió felizmente y volvió a jugar, satisfecha con mi respuesta.
Volví a recostarme en la cama, mirando de reojo a Asiye, y suspiré con una pequeña sonrisa.
—¿Y qué tal…? —le pregunté bajito, con una mirada significativa— ¿Cómo estuvo el tema Doruk?
Asiye hizo una mueca inmediata, como si el solo hecho de pensar en él le quitara el buen humor.
—Igual que siempre. Se comportó como un idiota. Estuvo pegado a Ozge todo el tiempo. Era como si lo hiciera a propósito. Me ignoró casi todo el rato, ni siquiera me prestó atención. Pero eso sí, a Ozge la escuchaba como si fuera su maestra.
