Llegué tarde otra vez, 5 minutos tarde, suficientes para no verlo, otra vez. Perdí la última oportunidad supongo, creo que era la última, aunque siempre nos dimos oportunidades, y más confianza de la que deberíamos.
Llegué tarde otra vez, 5 minutos tarde... Salió por la puerta y no miró hacia atrás, se fue sin preguntarme si en realidad estaba lista para esto, para vivir sin él y enfrentarme a mí misma, y la verdad es que no, no lo estaba. Se fue creyendo que mi vida iba a ser igual sin su risa, y ahora es más gris que antes de su llegada.
Ya he perdido la noción del tiempo, sigue siendo aquel día, pero 5 minutos después... Cuando ya se había ido para no volver, al menos no de la manera en que yo quería. Luego de un par de días me llegó su mensaje, hablaba tan frío que me congeló el alma y se me quebró la voz, pero me mantuve fuerte, hablamos como si mi corazón estuviese completo, como si su partida no me afectase, y creo que él estaba bien, ahí supe de ella; No volví a sonreír, ni siquiera con su recuerdo, ya tenía un nuevo amor y no contaba mi dolor, no importaba nada de nada.
Hubiese dado todos los años de mi vida y los que tengo por delante, por haber llegado 5 minutos antes, así de relativo era mi tiempo. Pero no se pudo y no se podrá, estamos tan distantes, nos volvimos tan distintos...