EN EL MISMO ABISMO

Mientras tanto en una parte oscura y desolada...

Me hallaba sentado al borde de un acantilado dejando caer mis mas oscuros lamentos, cuando de un instante a otro empecé a escuchar extraños murmullos provenientes del fondo de aquel inmenso abismo. Era un punto de luz tenue que parpadeaba al ritmo de una triste melodía. El ruido se intensificó a tal punto que habían dejado de ser murmullos los que ahora tan solo eran voces, voces sin sentido, susurros.

Intenté inclinarme un poco para poder apreciar mejor lo que estaba viendo, pero volví a dar marcha atrás cuando sentí temor, ese patético miedo a lo desconocido, sin embargo, conforme me fui dando vuelta me topé con algo inesperado que me tomó por sorpresa.

¡Por favor, ayúdanos! —Comentó con una apariencia fúnebre.

Por instinto me separé de aquella entidad dando un gran salto hacia atrás, grave error, porque perdí el equilibrio en el borde del acantilado y caí en el.

A medida que caía fui notando como aquél ser desaparecía, también me dí cuenta que aquella luz tenue era mucho más grande de lo que imaginé en primer momento. No sabía donde me llevaría tal luz, ni si volvería de nuevo, pero algo estaba claro, si se hallaba en mi mente no podría ser bueno.

No tardé en darme cuenta de que esa extraña entidad en realidad se tratada de una mezcla personificada de mis emociones perdidas, acudiendo a mí para escapar de mi mismo. Intentaron tener un lugar de paz dentro de la tormenta, pero desde el día que me ví obligado a encarcelar mis emociones para siempre yo morí con ellas en ese mismo abismo.