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Axel
DESDE ESA caminataba que compartí con ella hace una semana, ya se me había hecho costumbre esperarla a que terminará de trabajar para poder acompañarla.
Hablábamos y nos veíamos más de seguido, por fin podía acercarme más a ella, podía entrar en su mundo y convertirme en su amigo.
Esa palabra no me quedaba conforme, quería mas, pero por ahora no podía hacer mucho, apenas me conocía y yo a ella.
Pero en realidad siempre la observaba, la veía pasar siempre por los pasillo frente al lugar donde entrenaba, la veía cuando era la hora del descanso y ella parecía tan perdida en sus cosas que ni parecía notarme.
Y eso era mejor para mi, no quería que me viera como un enfermo acosador, por no lo era. Solo me dejaba cautivado la forma en la que se movía al caminar, las risas que soltaba cuando charlaba con sus amigas, cuando estaba en su casillero buscando su bolso.
Intenté múltiples veces poder atenderme con ella, que fuera ella quien me diera la sesión de fisioterapia. Pero parecía que nunca estaba al momento en él que yo necesitaba.
Hasta que después de tantas veces observando su horario logré convencer a mi sensei de que me diera un turno con ella. Luego de eso ya pude tener su atención.
Ahora se había hecho costumbre que la espere cuando salía de trabajar para acompañarla, y me encantaba eso.
Desde entonces cada vez que termina el entreno me apresuro más de lo necesario para poder esperarla. Lamentablemente wolf es un tipo muy observador y notó que mi comportamiento cambió.
Tomé mi bolso y guarde todas mis cosas más rápido que los demas, murmuré una pequeña despedida y me fui decidido a irme del lugar.
── Axel. ── Frene cuando sentí la voz de mi sensei. Me di media vuelta para poder mirarlo. ── Te noto distinto en estos días, te apresuras más para salir de las clases ¿hay algo que no sepa. ── Nada que te importe.
── No sensei, no pasa nada. ── Se acercó a mi de forma lenta.
── Mejor que no pase nada Axel, no quiero que llegues al Sekai Taikai con la cabeza en otra parte. ── Susurró. ── No quiero que te distraigas con nada... ni nadie. ──
Odiaba la forma en la que siempre se metía en mi vida, odiaba que gracias a él no tenía una vida social fuera del karate, nunca quiso que me distraiga con los demás.
Sabía que no era bueno para socializar, nunca lo fui y entrar en este dojo no fue lo mejor para mi vida social.
Pero no lo culpo, solo quiere lo mejor para mi, solo quiere que triunfe, solo quiere que mejore. Tal vez su forma de enseñar no es la mejor, pero no lo culpo por eso.