3. Invitado no deseado

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En cuanto llegaron al palacio en el cual vivían, su madre que los esperaba en la entrada del mismo se veía con notoria inquietud retratada en sus ojos y gestos. Los recibió con un cálido abrazo para luego exclamar:

—¡Kai, Bahiyyih! ¡Hijos míos! ¿Qué ocurrió? ¿Su padre les reprendió y los envió a casa? ¿Los echó del palacio real por su mal ánimo? ¿Charlotte les hizo daño? —su voz sonaba cada vez más quebrada, sus lagrimales comenzaron a formar líquido.

Kai negó con su cabeza rápidamente y acarició su espalda en el abrazo que les otorgó —No, madre. Te equivocas. Bahiyyih está indispuesta. Es por ello que regresamos. No obtuvimos la aprobación de padre por lo que es probable que nos lleve a un regaño futuro. Siento las molestias madre.

Ella con las lágrimas cayendo por sus pómulos se aferró más a ellos —Lo siento, mis niños. Nacieron con esta madre que no es capaz de hacer nada por ustedes.

Kai se separó y acarició la mejilla de la mujer mayor pelirroja que lloraba como un bebé. Definitivamente no le agradaba su padre, dejar retenida a una mujer atentando contra su libertad de acción y expresión le pareció un acto cobarde de su parte. Por ello, en sus objetivos a cumplir agregó uno extra: otorgar el libre albedrío a su madre de la cárcel en la que le obligaron a permanecer prisionera, ayudándola a volar libremente por los azulinos cielos.

—No te culpamos madre —dijo Bahiyyih que también comenzó a llorar.

Kai peinó con sus dedos el cabello de Bahiyyih mientras les susurraba a ambas que todo estaría bien. No debían preocuparse, las salvaría de su padre y del príncipe loco que ponían en peligro sus vidas. Aprendería la magia elemental que le mencionó Kang Taehyun, entonces podrían vivir de los frutos y verdura de la tierra. Escapándose del palacio anexo que los atormentó toda su vida.

En el momento que finalmente las dos mujeres se calmaron, dejando en evidencia las lágrimas secas que se adherieron con ímpetu a su rostro Kai decidió que era el instante idóneo para conversar de un tutor de magia.

—Madre tuve clases durante tres años y mis recuerdos no poseen nitidez de ellos debido a la contusión qué sufrí en la cabeza al caerme del árbol ¿Podrá existir la posibilidad de tener un tutor privado?

Su madre miró directamente a sus ojos alarmada —Llamaré a tu padre inmediatamente para traer a un médico a casa, tu situación es preocupante Kai.

Este movió su cabeza de izquierda a derecha —No lo haga, seré una molestia para él.

—Vayan a descansar, los dos. Mañana este asunto estará resuelto así que duerman sin preocupaciones

Los aludidos asintieron sin rechistar, deséandole una buena noche a su madre y esperando que también descansara, se retiraron hasta sus habitaciones. Se despidieron antes de entrar a su habitación correspondiente y se separaron. Kai se dejó caer de espaldas a su cama agotado luego de cepillar sus dientes y colocarse la ropa que utilizaba de pijama. Usar nuevamente sus piernas hizo que se sintiera exhausto, además la conversación y la ansiedad que sentía al hablar con el príncipe heredero hicieron que no pudiese batallar más. Por lo que, cerró sus párpados e inmediatamente se quedó dormido.

A la mañana siguiente, al despertar junto a los rayos del sol que intentaban a fuerzas traspasar las cortinas de su habitación. Levantó la mitad superior de su cuerpo como de costumbre y observó el ventanal a su lado, aunque este estuviera cubierto de tela fina aún podía visualizar el cielo diurno adornado de altos edificios y personas de todo rango de edad cruzando las vías con tal de llegar a su destino. Absorto en ello como si fuese el único paisaje que conocía su memoria.

—Debería levantarme —habló recuperando la noción de sí mismo y el lugar en el que su cuerpo se hallaba.

Posicionó sus dos pies en el suelo y utilizó la fuerza proveniente de sus gemelos para ponerse de pie. Se dirigió al baño lentamente, aún estaba somnoliento por el día de ayer, el cual se caracterizó por disputas, nerviosismo, miedo y tristeza. Emociones que solía no experimentar al estar encerrado en la habitación del hospital en el que residía. Acercándose al espejo notó que sus cabellos parecían haber enfrentado un ciclón por lo que abrió la llave de paso del agua y tomó con ambas palmas una cantidad considerable para depositarla sobre sus cabellos, acto seguido repitió esta acción pero esta vez limpió su rostro.

¡Me opondré al príncipe heredero! ♔ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora