Petrichor - Rust in the Rain

16

Advertencia: Depresión.

Las campanas sonaron cuando una nueva cliente abrió la puerta y entró en la tienda. Una chica que era empleada la saludó con una voz alegre antes de darse vuelta para acomodar meticulosamente el pan en el estante. Un agradable olor a productos horneados invitó al cliente a caminar y echar un vistazo. En lugar de comprar solo un croissant como tenía la intención de hacer, Cherran eligió y obtuvo más piezas de dulces de aspecto delicioso hasta que la bandeja estuvo casi llena.

Después del día en que la teniente Tul le había comprado croissants y tartas de huevo mientras estaba descansando en el hospital, solo de probar un bocado, quedó enganchada y quiso comprar más cuando tuviera la oportunidad, por lo que recordó el nombre de la panadería de la bolsa de papel y lo buscó. Cuando vio que no estaba tan lejos de su lugar de trabajo, Cherran fue a la hora del almuerzo.

Como tuvo la oportunidad de ir al lugar ella misma, Cherran no pudo evitar sentirse impresionada. Aparte de muchos pasteles para elegir, la tienda también parecía impecable como si estuviera bien mantenida. La doctora tomó dos pequeños pasteles de frutas y los colocó en la bandeja junto con los otros trozos de pastel antes de dirigirse al mostrador interior para pagar.

—¿Le interesaría nuestro nuevo postre? Una tostada hecha con shokupan japonés. Puede probarla primero—. El hombre de la caja preguntó con voz suave. Era normal encontrar un empleado amable que fuera bueno hablando al que no pudiera decirle que no. Cherran asintió con la cabeza para aceptar y probó el pan suave cubierto con una mantequilla tan dulce y de olor tan agradable que tuvo que someterse al plan de marketing y pidió otro trozo.

—Le calentaré los croissants para que estén listos para comer—. Con eso, el hombre tomó los cuatro croissants con una pinza para colocarlos en una pequeña bandeja, listos para ser calentados, antes de volverse para presionar la caja registradora con destreza.

—P'Tihn, ¿estás con un cliente... o-oh, Doctora.

Pero entonces se escuchó una voz familiar desde el interior del lugar, llamando a la doctora para que se diera vuelta y mirara. Como no esperaba encontrarla allí, se sorprendió bastante, más aún cuando la teniente Tul salió por la puerta exclusiva para empleados.

Tihn miró de un lado a otro entre las dos. Una era su hermana; otra una cliente que casi compraba pasteles de toda la tienda.

—¿Ustedes se conocen?

—Hm.— Tul sonrió radiante. Caminó hasta un lugar detrás del mostrador y ayudó a su hermano a poner los pasteles en una caja de papel. —Ella es una médica forense con la que trabajo a menudo.

—Ah, Doctora Ran, ¿verdad? Mi hermana siempre habla de... Ay.— Sin tener tiempo para terminar su oración, el hermano saltó y agarró su pierna que había sido pateada para evitar que dijera demasiado.

—Este es mi hermano mayor. Tiene una panadería aquí. No estoy de servicio hoy, así que lo estoy ayudando.— la detective que asumió temporalmente el papel de empleada de una panadería, entabló una conversación con la cliente importante para desviar su atención.

—Pensé que habías aceptado un trabajo a tiempo parcial en secreto, teniente.

—Oye... no. —Tul hizo un gesto con la mano. Cada persona esbozó una sonrisa tímida, sin mirarse directamente a los ojos. La única persona que vio esa actitud fue P'Tihn, que ya lo había anotado en su mente, dispuesto a preguntarle a su hermana más tarde cuando tuviera la oportunidad.

El sonido del microondas sonó después de que terminó de calentar los croissants de la doctora. La teniente Tul, con delantal y guantes, era un uniforme que Cherran no había pensado que vería. Estaba sacando la bandeja del horno, recogió con cuidado los cuatro croissants con una pinza y los colocó en la caja de papel junto con los otros trozos de pastel.