Los cuentos de hadas no existen aquí.

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Había una vez
Un pequeño niño,
Que se enamoró de una princesa.

El niño quiso hablarle,
Pero a la niña no se le permitía
Hablar con plebeyos.

El pequeño,
Trató de buscarla
Mil y un veces.
Pero jamás puedo pasar
De aquella ventana.

La niña estaba dolida,
Porque ella se enamoró
De los poemas
Que el pequeño le enviaba.

El muchacho creció,
Sin poder entrar por esa ventana
Y besar a la princesa.

La niña estaba tan deprimida,
Que tomó una cuchilla
Y cortó sus brazos.

Comenzó a dejar de comer,
Cada día estaba mas delgada.
Lloraba cada noche por ese joven.

Un día,
La princesa se cortó
muy profundamente la muñeca
Y se desmayó.

Ese día,
El niño logró entrar por la ventana.
Cuando vio a la princesa,
Se desesperó y lloró.
Gritaba mientras lloraba.
"Auxilio"
"Por favor, auxilio".

Los padres de la princesa
Acudieron al acto.
Cuando su madre vio a su hija
Tirada en el piso,
Con un charco de sangre a su alrededor
Manchando su vestido,
Lloró.
Lloró como nunca en su vida.

Su padre la tomó en brazos
Y corrió para llevarla
Con un doctor.
Pero ya era demasiado tarde.
La princesa ya no estaba entre ellos.

El pequeño niño,
Cada año
Le dejaba rosas negras
Y un poema
En su tumba.

Le cantaba,
Y hasta fingía hablarle.
Le decía cuanto la amaba,
Y que jamás dejaría de hacerlo.

Años después,
El niño se suicidó.
Y dejó una única carta de despedida
A los reyes.
Ya que el niño era huérfano.
Y esta decía así.

Queridos reyes:
Lamento tanto haber amado a su hija.
Lamento que ella ya no esté por mi culpa.
Lamento no haber sido millonario,
Ni haber tenido una familia.
Lamento haberle fallado al mundo.
Lamento no haber cuidado a mi princesa.
Pero lo que más lamento, es no poder entrar por la ventana de la pequeña, y darle un beso de despedida. Y es que yo ansiaba tanto conocerla, besarla, amarla como se debe. Me arrepiento de haber sido tan inútil. Y lamento mucho su pérdida. Pero como recompensa, yo también me iré. Iré a verla en el cielo, a darle por fin ese beso que tanto quiero.

gracias por todo, señores. Gracias por haber tenido una hija tan maravillosa.

Viento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora