Capítulo cuatro

35 11 0
                                    

¿Se sentía incómodo? Sí.

No era de su propiedad, tampoco era un objeto valioso para tratarlo con posesividad. Pero era su sirviente, era su Merlín y no permitir que un cualquiera aparezca y se lo quitara, que se consigan su propio sirviente.

—Estás rompiendo el libro — Gwen lo hizo despertar de su ensoñación, sacudió su cabeza un poco intentando relajar sus músculos y pensamientos, Merlín aún no llegaba, ya que supuestamente iría al pueblo a por unas cosas. Dirigió una última mirada a la ventana de su habitación, pero antes de acomodarse en la silla pudo divisar a dos figuras conocidas.

—¿Desde cuando Gawain y Merlín se llevan bien? — claro que sabía que se llevaba más que bien con ese hombre desde que le salvó la vida un par de veces. ¿Pero no era excesivo?

—Solo son amigos, Arturo. Es lo normal..a menos...— el rubio está ves la miró con algo de confusión al no escucharla más.

—¿A menos? ¿Qué? — frunció un poco su ceño esperando que continuará, de igual forma había perdido de vista a Merlín.

—¿Te atrae Merlín? — el príncipe por un instante creía que iba a ahogarse con su propia saliva. ¿Atraerle su sirviente?, ¿Qué clase de locura estaba insinuando Gwen?

—Siento la demora. Tuve una pelea con el dueño del mercado — apareció abriendo la puerta de forma algo lenta y perezosa, su rostro tenía algunas manchas de barro y su cabello estaba despeinado, sus prendas estaban bastante arrugadas como si lo hubieran apretado.

—¿Te encuentras bien? — preguntó con algo de preocupación la morena mientras se acercaba a él.

—Sí, gracias..— sonrió de forma ligera y la contraria hizo lo mismo.

—Gwen, ¿No tienes cosas importantes que hacer? — la joven lo observó por varios segundos que parecían eternos y luego se retiró de allí.

—Iré a lustrar tu armadura — antes de que pudiera salir de la habitación, Arturo le había arrojado un almohadón desde su cama —¿Qué sucede? — se fijó de mala manera en el contrario, notando que algo parecía estar mal, alzó sus cejas esperando que diga algo, en cambió solo lo echó de allí.

Bajó a los establos para limpiar los caballos y la armadura de su amo. Últimamente había estado pensando bastante, el dragón comenzó a decirle una que otra cosa extraña. Un niño...esperaba que no fuera como los druidas, había estado teniendo bastante con salvar siempre la vida del futuro rey de Camelot.

Arturo también de comportaba algo extraño y comienza a creer que es algo lento para algunas cosas. El dragón se había asegurado de hacerlo ver algunas cosas, Arturo tendría pensamientos catastróficos si alguien no lo detenía.

Volvió otra ves a la alcoba del príncipe, bostezando antes de ingresar allí, se había ocupado en otras cosas ya que las sirvientas seguían castigandolo por escapar la otra ves.

Al entrar se dio cuenta de que estaba vacía, una mueca algo molesta se formó en su rostro, quería irse a dormir.

Se acomodó en el suelo, al lado de la chimenea para no morir congelado al estar esperando al rubio. En algún momento sus ojos se cerraron y el sueño lo ganó completamente.

Horas después se despertó, frotó un poco sus ojos para después notar una manta en su cuerpo, aún era de noche. Se levantó apresuradamente pensando que Arturo no había llegado aún, pero en cambio lo notó durmiendo cómodamente en su cama. Se fijó nuevamente en la manta y sintió sus mejillas arder un poco, ¿Lo había dejado dormir? En el pasado le hubiera tirado algo por la cabeza para que despertara.

Volvió a acomodarse en el suelo, quizás se aprovecharía un poco de recibir un poco de calor, afuera seguramente debía estar helando.

Está ves los primeros rayos del sol dieron en su rostro, despertandolo en un santiamén. Dobló y guardó la manta donde pertenecía para después abrir las cortinas.

—Parece que el señor dormilón despertó — se burló el príncipe mientras aún se mantenía en su cama.

—Gracias por la manta...— agradeció con algo de nerviosismo mientras suspiraba.

—No sé de que hablas, Merlín — decidió levantarse está ves y el sirviente lo ayudó a vestirse, luego de eso le llevó el desayuno y el día transcurrió como la mayoría de veces.

—Escucha, Arturo — había estado almorzando con su padre recientemente, al principio lo sospechó bastante pero después decidió dejarlo pasar —Quizás este tiempo estuve apresurandote al querer que consigas un futura reina para Camelot.

—¿En serio? — preguntó bastante atónito, primero dirigió su vista hacía Morgana quien tampoco entendía la situación y luego observó de reojo a Merlín quien parecía estar pensando en otra cosa.

—Esperaré hasta que cumplas los 20 años y luego fijaremos un matrimonio del cual no podrás rechazar — ahora todo cobraba sentido, ni siquiera pudo reclamar ya que Uther se había ido.

—No te preocupes, Arturo. Seguramente en el futuro...entenderá que serás un rey sin o con una reina —intentó animar Morgana aunque recibió una discreta mirada de parte de Merlín.

Las cosas entre ellos no estaban para nada bien. Morgana en cualquier momento podría decir que la intentó envenenar antes de desaparecer todo un año, mientras que Merlín podría acusarla de haber querido matar al rey y tener magia. Aunque nadie iba a creerle a él solo por ser sirviente del príncipe, no sabía lo que odiaba más.

Ni siquiera podía esconderse o escapar, debía cuidar el trasero a todo el mundo e intentar no derrumbarse solo.

Arturo en algún momento se había levantado de la mesa y tuvo que seguirlo a paso rápido.

—Llevas sin opinar o sonreír desde la mañana — comentó el rubio tranquilamente, eso lo desconcertó bastante.

—Lo siento. Solo hace frio — se colocó a su lado para caminar mejor, el príncipe no opinó respecto a eso y en cambio actuó normalmente.

—Si vuelves a dormir en mi habitación — Merlín comenzaba a prepararse mentalmente para cualquier regaño que se aproximará —Asegúrate de dejar mis prendas para dormir.

—Claro — se sentía algo sorprendido pero simplemente sonrió ante eso.

Arturo miró de reojo a su sirviente, una sirvienta le había dicho que lo dejara dormir ya que lo habían mantenido bastante ocupado, aunque fue el que más estuvo ayudando en todo el castillo. Pensaba oponerse y despertarlo, pero en cambio observó como dormía para después buscar una manta y taparlo por el frio, lo dejaría pasar por esta ves.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝘿𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora