29-Secretos al descubierto

16 11 1
                                    

Al salir del salón, la atmósfera en la casa de Ryan se sentía más densa que nunca, como si las paredes mismas guardaran secretos que estaban a punto de revelarse. Caminamos por un pasillo largo y silencioso, pero mi mente no podía apartarse de lo que acababa de ocurrir. La forma en que el padre de Ryan me miró... no era simple curiosidad. Era como si hubiera visto un fantasma.

—¿Qué acaba de pasar ahí? —pregunté en un susurro, mirando a Ryan, quien apretaba mi mano con fuerza.

—No lo sé —respondió, pero su ceño fruncido decía lo contrario. Sabía que estaba tan inquieto como yo.

Antes de que pudiéramos llegar a la puerta principal, unos pasos apresurados resonaron detrás de nosotros. Me detuve en seco y giré la cabeza. El padre de Ryan se acercaba rápidamente, su rostro grave y decidido.

—Espera, Kaia —dijo, su voz firme.

Me tensé al escucharlo. Ryan dio un paso delante de mí, colocándose como un escudo protector.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó Ryan, su tono lleno de desafío.

El padre de Ryan levantó una mano, ignorando por completo a su hijo, y me miró directamente. Había algo en su mirada que me dejó sin aliento, como si pudiera ver a través de mí.

—¿Tu apellido? —preguntó, directo, sin rodeos.

Mi garganta se secó. La mentira que había construido tan cuidadosamente estaba a punto de derrumbarse.

—Miller —respondí, casi en un susurro, evitando su mirada.

Él asintió lentamente, como si ya hubiera esperado esa respuesta.

—Tu madre... —comenzó a decir, pero su voz se quebró levemente.

El corazón me martilleaba en el pecho. Ryan me miró, confundido, mientras yo intentaba encontrar una salida, pero mentir en este punto sería inútil.

El padre de Ryan dio un paso atrás, como si acabara de recibir un golpe. Sus ojos se oscurecieron, y su expresión serena se llenó de una mezcla de incredulidad y dolor.

—Lo sabía —murmuró, más para sí mismo que para nosotros.

Ryan lo miró, visiblemente molesto.

—¿Qué significa eso? ¿Qué sabes sobre la madre de Kaia? —exigió, su voz firme.

El padre de Ryan me miró de nuevo, esta vez con una intensidad devastadora.

—Eres su hija —afirmó, su voz un susurro cargado de certeza. Luego se giró hacia Ryan—No puedo creer que permití que esto sucediera, que te acercaras tanto a ella sin saberlo.

—¿Sin saber qué? —interrumpió Ryan, claramente frustrado.

Me sentí atrapada en medio de algo mucho más grande de lo que imaginaba. El padre de Ryan respiró profundamente, como si estuviera tomando valor para continuar.

—Kaia, tu madre y yo... —hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas— Tuvimos una historia hace mucho tiempo. Antes de que nacieras.

Mis ojos se abrieron de par en par, y sentí que el aire se escapaba de mis pulmones.

—¿Qué estás diciendo? —mi voz apenas fue audible.

—Tu madre y yo estábamos juntos —continuó—Íbamos a casarnos, pero algo ocurrió. Algo que nos separó para siempre.

Ryan lo miró, incrédulo.

—¿Quieres decir que Kaia es...?

—No lo sé con certeza —lo interrumpió su padre, volviendo a fijar su mirada en la mía—Pero su rostro... es igual al de ella en esa época. No puedo ignorar las coincidencias.

Me sentí mareada, como si el suelo bajo mis pies se desmoronara. ¿Era posible que este hombre fuera mi padre biológico? ¿Que todo lo que conocía sobre mi familia fuera una mentira?

—No —susurré, retrocediendo un paso— No puede ser.

Las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar, y aunque intentaba negarlo, la verdad parecía estar a punto de alcanzarme.

—Tu madre me dejó sin explicación —continuó él, su voz más suave ahora—Nunca supe por qué. Pero si estoy en lo correcto, ahora entiendo por qué mantuvo esto en secreto.

Ryan se giró hacia mí, su rostro pálido.

—Kaia, ¿es posible que...?

—No lo sé —respondí, mi voz quebrándose. Las lágrimas ardían en mis ojos, pero me negué a dejarlas salir— Mi madre nunca mencionó nada de esto. Nunca habló de nadie más que de mi padre.

El padre de Ryan asintió lentamente.

—Necesitamos hablar con tu madre —dijo con firmeza— Solo ella puede confirmar la verdad.

 Decidí irme a casa a descrifrar que ocurría.

Llegar a casa fue como cruzar un umbral hacia una realidad que no quería enfrentar. Todo lo ocurrido en la casa de Ryan me quemaba por dentro, y lo único que sabía con certeza era que necesitaba respuestas. Mi madre había construido un castillo de secretos, y yo estaba lista para derrumbarlo.

Abrí la puerta con brusquedad y caminé directo hacia la sala, donde ella estaba sentada con una taza de té. Al verme, su expresión pasó de sorpresa a preocupación.

—¿Kaia? ¿Qué haces aquí? —preguntó, dejando la taza en la mesa.

Me detuve frente a ella, cruzándome de brazos. No iba a darle tiempo para excusas.

—Necesitamos hablar —dije, mi tono más frío de lo que esperaba—Ahora.

Su mirada se endureció, como si supiera que este momento llegaría.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó con cautela.

—De ti y del padre de Ryan Ford —respondí sin rodeos.

Su expresión cambió al instante. Su rostro se tensó, y sus ojos se agrandaron.

—¿Qué pasa con él? —replicó, su tono defensivo.

—Él dijo que tú y él tenían una historia. Que se iban a casar. ¿Por qué nunca me contaste nada? ¿Por qué mantuviste esto en secreto? —solté todo de golpe.

Ella se levantó lentamente, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y dolor.

—No es tan simple, Kaia —respondió.

—¡No es simple! —exclamé, alzando la voz— ¿Es posible que él sea mi padre? ¡Dímelo!

Se pasó una mano temblorosa por el cabello, y su silencio fue más elocuente que cualquier palabra.

—¿Es él mi padre? —insistí, mi voz temblando.

Ella exhaló un suspiro tembloroso.

—No lo sé —dijo finalmente—Es posible. Pero no estoy segura.

Su respuesta me golpeó . Me quedé allí, mirándola con incredulidad, sintiendo cómo todo lo que creía saber se desmoronaba.

—¿No estás segura? —murmuré, entre una risa amarga— ¿Cómo puedes no estar segura de algo así?

—Tu padre, el hombre que conociste como tal, me aceptó sabiendo que existía la posibilidad de que no fueras su hija. Pero nunca te trató diferente. Siempre te vió como suya.

—¿Y Ryan? —interrumpí, mi voz rota— ¿Sabes lo que esto significa para nosotros?

Mi madre cerró los ojos, como si quisiera bloquear mis palabras.

—Nunca pensé que esto saldría a la luz, Kaia.

—¡Pues lo hizo! —grité—Y ahora necesito respuestas. Si no me las das tú, las buscaré por mi cuenta.

Nos miramos en silencio. Finalmente, me di la vuelta y subí las escaleras, sintiendo cómo las lágrimas caían al fin. Mi mundo se había hecho pedazos, y solo quedaba enfrentar la verdad, por dolorosa que fuera.

Alma Oscura [Sombras Del Pasado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora