Redescubriendo a Akaashi

Charla

-Bien, chicos. ¡Hasta aquí concluimos el entrenamiento! -gritó Atsumu a sus compañeros. Y ellos lo vieron con cara de los marcianitos: “Nos has salvado, estamos agradecidos”.

No era que el entrenamiento fuera más difícil de lo usual, pero gracias a CIERTA PERSONA todo el ambiente estaba tenso y sus compañeros sentían que caminaban sobre cáscaras de huevo. No es que Bokuto A.K.A cierta persona, haya estado insoportable o haya cometido cientos de errores, pero estaba deprimido con E mayúscula y que una bola de energía vivaracha como Bokuto este callado como un ratón muerto ha hecho que el ambiente se ponga raro e incómodo. Al unirse al equipo le había advertido que no soportaría sus dramas de telenovela como los que se aventaba en preparatoria, pero este Bokuto dócil y tristón no quedaba para nada bien (aunque esté cumpliendo con su papel en la cancha).

-suspiro-. Bokuto… -el nombrado volteó a verlo, estaba ayudando a trapear el piso con sus menores y se miraba el ser más lamentable del mundo… ¿Con un trapeador? Atsumu se acercó a él en grandes zancadas y le arrebató el trapeador-. Quedas libre de la limpieza, ve a darte una ducha y descansa un poco.

-Yo… -considero en rebatirlo, pero no sentía tener energía suficiente para argumentar o reprochar. Bajo el torso en una disculpa y se dirigió a las duchas. Un poco de agua caliente no le vendría mal.

…

Estaba con las motivaciones tan apagadas que ni siquiera se secó bien el pelo y mucho menos lo peinó en su peinado levantado habitual. Solo se puso la ropa limpia y se dirigió afuera.
Desde ese fatídico día las calles de Tokyo se han llenado de blanco. Aunque quiera dejar de pensar en Akaashi todo lo recuerda a él.

La nieve blanca le recuerda a Akaashi, el gimnasio le recuerda a Akaashi, ese niño pequeño corriendo le recuerda a Akaashi…

-Buen trabajo -musitó un espectador bajando las gradas.

‘¡Rayos! ¡Hasta ese espectador sonaba como Akaashi! ¿Cuándo dejará de verlo en todos lados?’

-¡Bokuto-san! -llamó a lo lejos el espectador/Akaashi ilusorio.

-Ahora no, Akasshi -murmuró Bokuto achicopalado.

-¿Por qué no? -preguntó confundido, jalándolo del brazo y atrayendo su atención hacía él.

A Bokuto le tomó tres segundos completos darse cuenta que ese Akaashi “ilusorio” era en realidad el Akaashi real y no su vivida imaginación mezclada con su culpa.

-¡AAAAAAH A-AAAKAASHI! -gritó abrumado.

-Sip, soy yo… Aunque ya le he dicho que mi nombre tiene menos “A”.

Aunque Akaashi le había confirmado verbalmente que era el verdadero Akaashi, Bokuto seguía teniendo sus dudas al respecto, así con mucho cuidado pico su cachete con su dedo y asustándose al darse cuenta que ÉL ERA REAL.

Akaashi no entendía bien lo que estaba haciendo Bokuto, pero tenía las manos frías así que toma sus manos entre las suyas intentando transmitirle un poco de su calor-. Muchas gracias por los onigiris, Bokuto-san. Lo disfruté mucho.

Todo el calor de su cuerpo subió de golpe a su cabeza, hasta se sintió un personaje de caricatura que su cabello mojado se secaba por el vapor que soltaba su cabeza sonrojada y quedaba levantado su pelo como siempre, claro cuando pasó una mano por su pelo se dio cuenta vergonzosamente que su cabello seguía mojado y solo era su imaginación hiperactiva de nuevo.

-Ah, sí. De nada, es lo menos que podía darse después de causarte tantos problemas -balbuceo cabizbajo y sin atreverse a verlo a los ojos.

Para su desgracia pronto recordó que Akaashi seguía débil por su enfermedad así que levantó abruptamente la cabeza y olvidando la culpa que no le dejaba verlo a los ojos, se acercó tanto que podía oler su perfume, observó a unos centímetros de distancia cada detalle de su cara, buscando en ella la más ligera señal de enfermedad. No se miraba pálido/enfermo, es más tenía un ligero tono rosa en sus mejillas, eso lo hizo suspirar de alivió al ver un poco de color en la cara de Akaashi, pero pronto ese ligero tono rosáceo se transformó en un violento tono carmín. Lo que asustó en gran medida al ya muy asustadizo búho de casi dos metros de alto.