la ausencia

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Hay un vacío que no duele, 
un rincón intacto, 
sin huellas ni nombres grabados. 

Las cartas nunca llegan, 
pero tampoco las espero. 
El eco de palabras dulces 
no sabe mi lengua, 
ni mi piel lo reclama. 

A veces, entre las miradas, 
parece haber preguntas. 
"¿Y el otro? ¿Y el par? 
¿Dónde el latido compartido?" 
Y yo callo, 
porque el silencio responde mejor 
que cualquier explicación. 

No hay vacío en mi pecho, 
solo un espacio intacto, 
como un campo sin sembrar, 
libre de raíces ajenas. 

Y en esa libertad, 
mis pasos no tropiezan, 
mi sombra no se mezcla, 
y el cielo que miro 
es solo mío. 

ecos de un silenció - milagrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora